El Programa Apollo. Para saber más… y más

Insignia del Programa Apollo
Fuente: NASA

¡Hola, Caminante!

Si estás leyendo esto seguramente sea porque a) alguien te ha pasado el enlace, b) has buscado información sobre el Programa Apollo y has acabado aquí, c) porque estás leyendo el libro basado en este blog, o d) porque ya te has leído alguna/s o todas las entradas al respecto en este blog y ahora quieres saber más.

Si te encuentras en la primera o la segunda situación, te invito a dar «un pequeño paso» para vivir y disfrutar la gran aventura de las misiones Apollo desde el principio; clica este enlace que te llevará al primer artículo de Caminantes del Cielo sobre las misiones Apollo o, si lo prefieres, ve al final de esta entrada para acceder directamente al que más te interese. Y no solo eso: también puedes ir a Lektu, Google Play Libros, Bubok o Amazon y descargarte gratis el libro electrónico basado en este blog, con un poquito menos de contenido porque, por ejemplo, no puede incluir vídeos, pero mucho más cómodo de leer allí donde estés 🙂

Si estás en el tercer caso, solo tienes que ir al final de esta entrada, donde encontrarás el índice de capítulos para acceder directamente al que quieras.

Y, si tu situación es la última, no te lo pienses y clica todo lo que quieras. ¡Vas a encontrar verdaderas joyas entre estos enlaces, de donde yo he sacado la información para este blog!

Enlaces genéricos con información sobre el Programa Apollo y la Carrera Espacial

Es bueno tener estos enlaces, pero casi te recomiendo que pases a los siguientes grupos para no perderte en la inmensidad 😅

Laika
Fuente: NASA

Ahora vamos a centrarnos un poco más 😉

Archivos de imágenes, audios y vídeos

Earthrise (Salida de la Tierra) durante el Apollo 8
Fuente: NASA

Una auténtica maravilla que no te puedes perder

Apollo in real time. No te lo explico. Mejor que lo veas con tus propios ojos 🤩

Resúmenes e informes de las misiones

Huella dejada por Aldrin durante la misión Apollo 11
Fuente: NASA

Transcripciones

Prototipo del dispositivo improvisado para filtrar de CO2 del Apollo 13
Fuente: NASA

Información técnica

Hamilton junto al software que ella y su equipo elaboraron para el proyecto Apollo
Fuente*: Wikipedia

Siguiendo los pasos de Apollo…

Insignia del Programa Artemis
Fuente: NASA

Agradecimientos

Ya fuera de los enlaces, el Programa y las misiones, no puedo terminar esta serie sin expresar mi más sincero agradecimiento a las personas y entidades que me han apoyado y animado durante los meses y meses que he pasado escribiéndola.

Por orden cronológico, porque no existe un orden de importancia:

En primer lugar, a mis padres, que me inculcaron la curiosidad por todo en general y por el Universo en particular (aquellas noches en Embid…), la inquietud por la tecnología y la exploración, y la constancia sin las que jamás habría podido llevar a cabo este blog 🥰

Con mi amiga Palmira, a los 17 años, puse por primera vez un ojo en el ocular de un telescopio, concretamente para observar Júpiter. Después de eso ya no pude despegar los ojos del cielo y, con los años, una cosa llevó a la otra, así que, gracias, Palmira, por abrirme la puerta grande al Universo 😲

Mis hijos y mi marido, que me regaló mi primer y adorable telescopio y me ayuda con los problemas informáticos, me han aguantado estoicamente y hasta me han seguido la corriente a lo largo de los años durante mis momentos de flipar en colores con cada nuevo descubrimiento y anécdota que he encontrado sobre los viajes a la Luna. ¡Muchas, muchas gracias a los tres! 💙💙💙

Charla en el observatorio del Grup d’Astronomia de Tiana, 21/07/2019
Fotografía de Raquel G. Cabañas

Fue el Grup d’Astronomia de Tiana el que me acogió para acompañarme y guiarme en mis siguientes pasos observando el Espacio, y me ha dado la oportunidad de compartir en varias ocasiones mi afición por el Programa Apollo en las charlas organizadas en su observatorio astronómico, durante las que he disfrutado como una enana. Gracias también a ellos por todo, y al público que me escuchó y me transmitió su interés y atención 🤩

También quiero agradecer al Institut Els Tres Turons, de Arenys de Mar, sus invitaciones para compartir con ellos dos charlas sobre el Programa Apollo, en las que también me lo pasé genial mientras, para mi sorpresa, unos cuantos adolescentes me escuchaban atentamente hablar y hablar, ¡y hasta me hacían preguntas! 😄

Carlos González, que fue jefe de operaciones del Madrid Deep Space Comunication Complex (Robledo) de la NASA mientras se desarrollaba el Programa Apollo, no solo me permitió utilizar imágenes de su blog para las charlas que antes he nombrado, sino que además ha tenido la amabilidad de dedicarme unas palabras de apoyo sobre este que me han ilusionado muchísimo, al venir de una persona tan experta y directamente implicada en el Programa como él. ¡Muchas gracias, Carlos! 😊

Portada del Ebook gratuito El programa Apollo: Un gran salto

Y, por supuesto, gracias mil a mi amiga Raquel por su genial idea, por el montón de horas y el cariño que ha dedicado a convertir El Programa Apollo: Un gran salto en libro electrónico, y por darme el empujón que necesitaba para revisar, actualizar y terminar de escribir esta serie, después de muchos años de haberla dejado en stand by. Sin ti, Raquel, quizás la habría terminado, sí, pero vete tú a saber cuándo 😅🤗

Y, ahora, ¡a explorar! Clica los enlaces de las imágenes para acceder directamente a los artículos correspondientes o al Ebook gratuito (última imagen). ¡El «salto gigante» no ha hecho más que empezar!

*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Hamilton en 1969 (…): By Draper Laboratory; restored by Adam Cuerden. – This is a retouched picture, which means that it has been digitally altered from its original version. Modifications: dust and scratches removed; curves tweaked to bring out shadows, approximately 3 pixels cropped from bottom in order to remove a border. See upload history of the PNG for version without colour tweaks. The original can be viewed here: Margaret Hamilton.gif., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=59655977

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 17: El fin del principio.

Lanzamiento del Apollo 17
Fuente: NASA
Insignia Apollo 17
Fuente: NASA

El último lanzamiento del Programa Apollo.
La última misión.
El último alunizaje.
El último paseo por la superficie lunar.
La última huella dejada por un ser humano en otro mundo.
La última actividad extravehicular (EVA) en espacio profundo…
Hasta el momento, porque, como quizás sepáis, ya hay planes serios de volver a la Luna ¡y más allá!

Insignia del Programa Artemis
Fuente: NASA

Pero esa es otra historia que quizás expliquemos en otra ocasión. Centrémonos ahora en el final de esta gran aventura que fue el Programa Apollo: el final de un principio cuya continuación está muy próxima.

Tripulación del Apollo 17.
De pie, de izquierda a derecha:
Harrison H. Schmitt
, piloto del LM America y primer científico astronauta;
Ronald E. Evans, piloto del CSM Challenger.
Sentado: Eugene A. Cernan, comandante.
Fuente: NASA

Los tres protagonistas, a lo largo de su viaje, nos dejaron de recuerdo imágenes impresionantes, …

Vista completa de un hemisferio terrestre fotografiado durante el viaje a la Luna del Apollo 17
Fuente: NASA
Tierra creciente saliendo sobre el horizonte lunar, vista desde el Apollo 17
Fuente: NASA
Lugar de alunizaje del Apollo 15 fotografiado desde el Apollo 17
Fuente: apollo17.org
LRV del Apollo 17, tal como quedó aparcado por última vez
Fuente: apollo17.org
Schmitt junto a la gran roca Split Rock, popularmente de denominada «Tracy’s Rock«, de la que se extrajeron muestras
Fuente: apollo17.org

(Un «pequeño» inciso antes de continuar con las demás imágenes. No puedo evitar explicaros la simpática historia por la que esta roca recibió el nombre de Tracy 😉
Resulta que Alan Bean, astronauta del Apollo 12 que posteriormente se convirtió en ilustrador profesional especializado en temática espacial, hizo un dibujo de Split Rock, debido a que las fotografías de Schmitt al lado de la roca habían alcanzado gran popularidad en su momento.
Un día, comentando el dibujo con Cernan, este le dijo que si hubiera sabido que las fotos se iban a hacer tan famosas, habría escrito el nombre de su hija de nueve años, Tracy, en el polvo de la superficie. Entonces, Bean, ni corto ni perezoso, pidió a Cernan que escribiera el nombre de su hija tal como lo habría hecho sobre el regolito lunar. A continuación, borró una parte de la ilustración de Split Rock, y le dibujó el nombre de Tracy tal como lo había escrito Cernan, como si este lo hubiera hecho en la realidad.
Después, Bean explicó bromeando que lo había hecho para ahorrar a los contribuyentes la molestia de tener que financiar otro viaje a la Luna con el objetivo que Cernan pudiera escribir el nombre de su hija allí 😀
Y, ahora sí, sigamos con las impresionantes imágenes que nos dejó el Apollo 17…)

Última fotografía de un ser humano (Schmitt) tomada en la superficie lunar
Fuente: apollo17.org

… momentos divertidos, como la foto que sigue y el punto 4h:51′:10» del vídeo de debajo…

Cernan (izq) y Evans fotografiados por Schmitt durante el viaje hacia la Luna del Apollo 17.
Fuente: NASA
Apollo 17 – 178:40 – 186:40
Fuente: apollo17.org

… y frases conmovedoras.

Placa que iría acoplada a una de las patas del LM del Apollo 17.
Fuente: NASA

Una anécdota que me ha parecido entrañable: Cernan copió en la contraportada de la checklist de la tercera EVA la inscripción de la placa que hemos visto y, a pie de página, una nota para acordarse de la esencia del mensaje que quería transmitir antes de abandonar la superficie lunar, aunque las palabras concretas no se le ocurrieron hasta pocos minutos antes de pronunciarlas. Y es que, si ser el primer hombre en pisar la Luna debió de ser impresionante, ser el último no tendría mucho que envidiarle.

Nota de Cernan en la última página de la checklist de la EVA3 del Apollo 17
Fuente: NASA

Pero, por supuesto, los tres astronautas no habían viajado hasta la Luna solo para divertirse y ponerse emotivos, sino para continuar aportando datos científicos. Con este objetivo, además de llevar el ALSEP, contaron también con otros elementos, entre ellos:

  • Un gravímetro de travesía que transportaron en el LRV durante las EVAs para hacer mediciones del campo gravitatorio de la Luna en distintos puntos de la superficie.
  • Un aparato, llamado S-204, para medir las propiedades eléctricas de superficie con el objetivo, entre otros, de averiguar si hay agua bajo la superficie lunar.
  • El Optical Recorder del Lunar Sounder Experiment (S-209), montado en el SIM (Scientific Instrument Module) del SM para analizar en órbita el subsuelo lunar.
  • Aparte de los instrumentos científicos, junto a los astronautas viajaron cinco ratones de la especie Perognathus longimembris, apodados por la tripulación con los nombres de Fe, Fi, Fo, Fum y Phooey. Los roedores formaban parte del experimento llamado BIOCORE, en el que se investigaron las consecuencias de la exposición a la radiación cósmica, hallando en los análisis realizados al regreso anomalías tan solo en el cuero cabelludo y el hígado de los animalitos, aunque se concluyó que no fueron debidas a la radiación cósmica.
Habitáculo para los ratones del experimento BIOCORE
Fuente*: OpenMind BBVA

En cuanto a las muestras, una de las más curiosas que aportó el Apollo 17, fue la correspondiente al llamado «suelo naranja», pequeñas cantidades de regolito lunar de un tono anaranjado que llamó la atención de los astronautas y que recogieron durante la segunda EVA para su posterior análisis en los laboratorios de la NASA, donde comprobaron que se trataba de un polvo extremadamente fino (tanto como el limo terrestre) y llegaron a la conclusión, debido a su composición, de que lo más probable es que fuera de origen volcánico.

Por cierto, cabe añadir sobre esta segunda EVA del Apollo 17, que es la más larga de la historia sobre la superficie lunar hasta el momento: 7 horas 37 minutos.

Y… descubrimientos científicos aparte, ¿no habéis notado que no ha habido ningún problema técnico durante esta misión? Bueno, pues en realidad hubo uno, pero pequeño y debido a un accidente digamos… humano. Os explico.

Durante la primera EVA, Cernan golpeó y rompió sin querer el guardabarros de la rueda trasera derecha del LRV con el martillo que utilizaba para recoger muestras.
Como resultado de esto, su compañero y él sufrieron verdaderos problemas a causa del polvo que levantaba el vehículo. Intentaron solucionarlo como pudieron, utilizando unos mapas como guardabarros, pero la cinta americana con la que los pegaron no se adhería bien debido al propio polvo, y pronto volvía a soltarse. Por lo tanto no les quedó más remedio a los de Tierra que ponerse manos a la obra para encontrar un remedio, y ya tenemos otra vez a unos cuantos genios devanándose los sesos para encontrar una solución casera a un problema que no era nada del otro mundo pero que, de hecho, estaba en otro mundo…

Izq.-dcha.: astronautas John W. Young y Charles M. Duke Jr.; Donald K. Slayton, director de operaciones de vuelo del MSC; Dr. Roco A. Petrone, director del Programa Apollo; y Ronald V. Blevins, conrolador de vuelo durante EVA-1.
Fuente: NASA

Finalmente fue Young quien sugirió la solución que resultó definitiva: utilizar las abrazaderas del telescopio para sujetar los mapas a lo que quedaba de guardabarros. De esta manera, los astronautas pudieron llevar a cabo las tres EVAs sin sufrir las consecuencias del exceso de polvo que, sin duda, les habría impedido realizar parte de los experimentos y descubrimientos.

Las horas y los días pasaron y llegó el momento de que los seres humanos abandonaran la Luna por última vez, al menos en unos cuantos años…

Fue entonces, cuando estaba a punto de subir la escalerilla del LM para convertirse en el último ser humano que pisaba la Luna, cuando a Cernan se le ocurrieron las palabras para expresar los sentimientos que le asaltaban en tan trascendentales instantes:

(…) as I take man’s last step from the surface, back home for some time to come – but we believe not too long into the future – I’d like to just (say) what I believe history will record. That America’s challenge of today has forged man’s destiny of tomorrow. And, as we leave the Moon at Taurus- Littrow, we leave as we came and, God willing, as we shall return, with peace and hope for all mankind. «Godspeed the crew of Apollo 17.»

Discurso de Cernan justo antes de subir por última vez al LM, después de la tercera EVA del Apollo 17.
Fuente: NASA

Podéis escuchar el discurso de Cernan en el minuto 1:20 del siguiente vídeo, grabado con la cámara de TV en color del LRV manejada remotamente desde el control de Tierra.

Apollo 17 – 170:40 – 178:40
Fuente: apollo17.org

Después, ya en el espacio profundo y camino a casa, Evans recuperó los cassettes (uno de ellos es el objeto cilíndrico blanco de la foto de abajo) con las imágenes y vídeos registrados por las cámaras del SIM.

Evans durante la EVA en espacio profundo para extraer los cassettes del SIM.
Fuente*: Wikipedia Commons

A propósito de esta foto, ¿os habéis dado cuenta de un detalle curioso? Observad que Evans lleva puesto el casco del comandante que, tal como os expliqué en la entrada del Apollo 14, tiene una banda roja para que en las imágenes sea más fácil de identificar a cada miembro de la tripulación. Entonces, ¿por qué lo lleva puesto Evans, que no era el comandante? El motivo es porque su propio casco no disponía de visera protectora del sol, al contrario que el que utilizó.

Llegados a este punto, ya solo nos queda decir que el Apollo 17 amerizó sin problemas en el Océano Pacífico el día 19 de diciembre de 1972 a las 07:24:29 pm UTC, poniendo un feliz punto y final a lo que fue una de las mayores aventuras (si no la más grande) que ha vivido jamás la humanidad.

Tripulación del Apollo 17 recién llegados al portaaviones que les recogió, el USS Ticonderoga, después del amerizaje. Izq-dcha: Cernan, Evans y Schmitt.
Fuente: NASA

Creo que la gran epopeya del Programa Apollo solo podrá ser superada por la que nos augura su hermana Artemis. Pero esa es otra historia que quizás expliquemos en otra ocasión 😉

Por ahora, si todavía quieres saber más sobre los Apollo, ¡no sufras! En la próxima entrada tienes montones y montones de enlaces en los que encontrarás toneladas y toneladas de datos: artículos, vídeos, audios, fotografías, manuales, transcripciones… ¡Todo lo que te puedas imaginar y más! Ni te lo imaginas, una verdadera locura; yo misma he flipado a medida que he ido buscando y encontrando información para escribir este blog, así que no te lo pierdas 😀

Si prefieres acceder directamente a algún otro artículo o al Ebook gratuito (última imagen), clica en el enlace de la foto correspondiente 😉

*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Habitáculo para los ratones del experimento BIOCORE: Crédito: NASA

Evans durante la EVA en espacio profundo para extraer los cassettes del SIM: NASA

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 16: Batiendo récords.

Izq-decha.: Mattingly, Young y Duke durante un entrenamiento
Fuente: NASA
Insignia del Apollo 16
Fuente: NASA

Corría el 16 de abril de 1972 cuando el Apollo 16 despegó desde el KSC (Kennedy Space Center), llevando a bordo a sus tres tripulantes: John W. Young (comandante), Thomas K. Mattingly II (piloto del CM Casper, y a quien quizás recordéis del Apollo 13) y Charles M. Duke Jr. (piloto del LM Orion).

Lanzamiento del Apollo 16
Fuente: NASA
APOLLO 16 (AS-511) LIFTOFF, 4/16/72

El destino de la quinta misión con alunizaje eran las Tierras altas de Descartes. Pero antes de llegar allí, habría que superar alguna que otra aventura.

Panorámica de la zona de alunizaje realizada a partir de imágenes tomadas por la cámara de TV del LRV del Apollo 16
Fuente: NASA
Zona de alunizaje del Apollo 16, fotografiada por el Apollo 14, con inscripciones sobreimpresas posteriormente, donde: números romanos = EVAs; números arábigos = paradas o estaciones.
Fuente: NASA

Después de un viaje sin problemas, ya en órbita lunar y con el CSM y el LM separados, cuando los astronautas iniciaron los preparativos para el descenso del Orion y las comprobaciones en el Casper, empezaron a aparecer problemas en el LM:

  • El radar de aterrizaje dio datos erróneos en algunas lecturas.
  • La antena parabólica, que era la principal en las comunicaciones con Tierra, no se podía dirigir bien (esto era un mal menor porque en su defecto podían utilizar otras antenas secundarias).
  • El sistema de regulación de la propulsión también dio algún pequeño error.

Pero, para alivio de todos, ninguno de esos fallos impedía el alunizaje.

Sin embargo, Mattingly, a bordo del CSM, detectó algo que sí podía llegar a impedirlo: el Sistema de Estabilización, una especie de timón del Sistema de Propulsión Principal (SPS), no funcionaba correctamente. Esto podía hacer que el SPS quedara inutilizado porque, al ponerlo en funcionamiento, produciría una oscilación que probablemente provocaría daños estructurales en la nave.

Imaginaros al pobre Mattingly, la sensación que debió de tener al verse obligado a cortarles el rollo a Young y Duke, que ya se disponían a bajar a la Luna, en plan «esto… lo siento en el alma, chicos, pero aquí hay una cosa chunga que no funciona».

Si bien no fueron esas palabras exactas las que utilizó, su significado no estaba muy lejos:

Captura de pantalla de la transcripción de las comunicaciones del Apollo 16
Fuente: NASA

He de decir que la primera frase que aparece en la imagen me ha traído un poco loca y he necesitado la ayuda de alguien que de verdad sabe inglés (no como yo 😅) para conseguir deducir lo que creemos que es: un comentario de autocompasión en broma de Mattingly al darse cuenta de lo que pasaba 😨

Y es que Ken era plenamente consciente de lo que el fallo podía implicar.

Para más inri, cuando detectó el problema se encontraban en la cara oculta de la Luna, durante la 12ª órbita, y tuvo que esperar unos 35 minutos para aparecer de nuevo por el horizonte lunar y comunicarlo a Houston. Mientras tanto, por supuesto, estuvo comunicado con sus compañeros del LM, y entre los tres le dieron vueltas al tema.

Como os podréis imaginar, la noticia cayó como un ladrillo en los estómagos del equipo de control porque, si no se podía utilizar el SPS del CSM, la única manera de traer de vuelta a los tres hombres sería utilizando el LM para propulsar la nave hacia la Tierra, en lugar de para alunizar y despegar. Según el relaciones públicas de la misión, en la sala de control se respiraba un ambiente similar al que había cuando tuvo lugar la explosión del tanque de oxígeno del Apollo 13.

Oficiales de la NASA en el Centro de Control de la Misión, deliberando sobre la anulación o puesta en marcha del alunizaje del Apollo 16.
Izq.-dcha.: Sentados, Dr. Christopher C. Kraft Jr., Director del Manned Spacecraft Center (MSC); Brig. Gen. James A. McDivitt (USAF), gerente de la Apollo Spacecraft Program Office, MSC. De pie, Dr. Rocco A. Petrone, Director del Programa Apollo, Office Manned Space Flight (OMSF), NASA HQ.; Capitán. John K. Holcomb (U.S. Navy, Ret.), director de Apollo Operations, OMSF; Sigurd A. Sjoberg, director adjunto, MSC; Capitán. Chester M. Lee (U.S. Navy, Ret.), Director de Misiones Apollo, OMSF; Dale D. Myers, NASA Administrador asociado para Vuelos Espaciales Tripulados; y Dr. George M. Low, NASA Administrador adjunto. 
Fuente: NASA

Había que decidir si el Apollo 16 alunizaba o volvía ya para casa. Y había que decidirlo pronto para asegurarse de que no faltarían los recursos de supervivencia de las naves.

Por el momento, se ordenó a los astronautas que mantuvieran las naves en órbita y en posición frente a frente (nose to nose) por si era necesario volver a acoplarse para regresar rápidamente, y a la vez se puso en marcha al equipo de ingenieros para que realizaran simulaciones sobre el riesgo que se correría en caso de utilizar el SPS, y se contactó con los constructores del CSM.

Tras cuatro horas de larga espera, cuando estaban ya en la 16ª órbita a la Luna, y a escasos minutos del tiempo límite que podían retrasar el alunizaje, en el control concluyeron que las simulaciones llevadas a cabo por los ingenieros y otras realizadas previamente por los constructores del CSM sugerían que no sería peligroso utilizar el SPS a pesar de la avería.

Así pues, el LM alunizó en el lugar previsto y con un retraso de seis horas que implicó un completo reajuste del horario de la misión, incluyendo una reducción del tiempo dedicado a las actividades extravehiculares (EVAs). A pesar de ello, la segunda de ellas fue la más larga del Programa hasta entonces: 7 horas, 23 minutos, 26 segundos y durante los tres paseos lunares, Young y Duke realizaron numerosas tareas:

  • Extrajeron y desplegaron el LRV.
  • Montaron el ALSEP.
  • Montaron la cámara de ultravioletas para obtener imágenes con ella.
  • Subieron (en el LRV) al punto más elevado de todas las misiones, con respecto al lugar de alunizaje, llamado Cinco, a 152 m de altura desde el LM.
  • Recogieron muestras de la superficie lunar, entre las que se encontraba Big Muley, la roca más grande aportada en todo el Programa Apollo, con un peso de 11,7 Kg. Cabe comentar aquí que, durante su entrenamiento, los astronautas de esta y de otras misiones, eran instruidos sobre geología en la Tierra para saber reconocer muestras que pudieran aportar datos interesantes, y además estaban en continua comunicación con los científicos durante las EVAs.

En el siguiente vídeo, grabado por la cámara del LRV, controlada desde la Tierra, podemos ver a Duke recogiendo la roca. Me ha parecido interesante ponerlo porque se aprecia perfectamente la dificultad para realizar según qué movimientos con el traje espacial.

Duke recogiendo a Big Muley
Fuente: NASA

Y, hablando del LRV, en el artículo del Apollo 15 os prometí que en el 16 podríamos verlo en marcha, así que ¡ahí va! 😉

Young conduciendo el LRV del Apollo 16
Fuente*: Wikipedia

Por cierto, esta misión también ostenta el récord de velocidad del LRV: 17’1 Km/h 😀

Pero ¡no nos olvidemos de Mattingly dando vueltas y vueltas a bordo del Casper! Como podéis ver, también hizo su trabajo, tomando numerosas imágenes de la superficie de la Luna y trabajando con los instrumentos incluidos en el SIM (Scientific Instrument Module) del SM.

Esquema del SIM del Apollo 16
Fuente: NASA
Rima Herigonius I fotografiado desde el CSM del Apollo 16
Fuente: NASA
Cráter Bullialdus fotografiado desde el CSM del Apollo 16
Fuente: NASA
Cráter Mersenius C fotografiado desde el CSM del Apollo 16
Fuente: NASA

Posteriormente, una vez reunidos ya los tres tripulantes a bordo del Casper, lo último que hicieron antes de emprender el regreso a la Tierra, fue soltar el Particles and field subsatellite 2 (PFS-2) que, del mismo modo que su predecesor, el PFS-1 del Apollo 15, orbitaría la Luna para medir su campo gravitatorio y magnético así como las partículas que la rodean.

Representación artística del PFS
Fuente*: Wikipedia

Y, también igual que en la misión anterior, en el espacio profundo durante el viaje de vuelta, el piloto del CSM realizó un paseo espacial para recuperar las cintas de las cámaras del SIM antes de que el CM y el SM se separaran.

Mattingly en un simulacro de la EVA durante su entrenamiento
Fuente: NASA

Por cierto, como habréis podido ver, finalmente no hubo complicaciones con el SPS, así que el 27 abril de 1972 el CM del Apollo 16 amerizó trayendo de vuelta sanos y salvos a sus tres tripulantes 🙂

Rescate del Apollo 16 en el Océano Pacífico.
Fuente: NASA

Ya solo quedaba la última misión: el Apollo 17.

Si prefieres acceder directamente a algún otro artículo o al Ebook gratuito (última imagen), clica en el enlace de la foto correspondiente 😉

Agradecimientos: A Grainné por su ayuda en la búsqueda del significado de la frase «I be a sorry bird».

*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Big Muley antes de recogerla: By James Stuby based on NASA image – TV camera still from Apollo 16. The original image is in the public domain because it is a work of the U.S. Government (NASA).Immediate source: Apollo 16 Lunar Surface Journal, Video and Movie ClipsStation 1, a16v.1240623.mov, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=75620064

Big Muley: By National Aeronautics and Space Administration – Lunar Sample 61016, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16335207

Young conduciendo el LRV del Apollo 16: by NASA. http://www.hq.nasa.gov/office/pao/History/40thann/videos.htm

Concepto artístico del PFS: By NASA Johnson Space Center – http://nix.larc.nasa.gov/info;jsessionid=1qs0kulic60ui?id=S71-39481&orgid=8, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2730321

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 15: Montañeros de todoterreno en la Luna.

Insignia del Apollo 15
Fuente: NASA

El Apollo 15 era la cuarta misión que iba a aterrizar sobre la superficie de nuestro satélite, y algunos empezaban a cuestionar la necesidad de seguir adelante con el programa. Ya habían llegado a la Luna; ya habían ganado a los soviéticos. ¿Para qué continuar? ¿Qué sentido tenía seguir invirtiendo millones de dólares en repetir lo mismo una y otra vez?

La cuestión es que no se trataba de repetir, sino de avanzar.

Los objetivos principales de las tres primeras misiones que alunizaron eran «simplemente» eso: alunizar y regresar sanos y salvos, perfeccionando cada vez más la técnica. Y, ahora que ya sabían ir y volver, con el Apollo 15 podían empezar a plantearse nuevos objetivos para, después, continuar avanzando poco a poco hasta llegar al Apollo 20.

Sin embargo, se avecinaban recortes presupuestarios en la NASA debido al debate antes mencionado, así que, previendo que el programa sufriría una drástica reducción de recursos, la agencia espacial decidió dar un gran salto y asignar al 15 los objetivos del 19, que consistían en profundizar en la exploración y la investigación científica.

Lanzamiento del Apollo 15
Fuente: NASA

Así pues, el 26 de julio de 1971, provistos de nuevos equipos científicos, un LM más grande que los anteriores y el novedoso Lunar Roving Vehicle (LRV), un rover que haría posible incrementar el radio de acción sobre la superficie del satélite, los astronautas David R. Scott (comandante), Alfred M. Worden (piloto del CM Endeavour) y James B. Irwin (piloto del LM Falcon) despegaron a bordo del Apollo 15.

Tripulación del Apollo 15 sobre una réplica del Rover lunar.
Al fondo, una réplica del LM.
Izq-dcha: Irwin, Scott y Worden.
Fuente: NASA

Después de un viaje asaltado por muy escasas y leves incidencias, el Falcon alunizó con ciertas dificultades, pero exitosamente, en la zona de los Montes Apeninos y la Rima Hadley el 30 de julio de 1971, para permanecer sobre la Luna hasta el 2 de agosto; un total de casi cuatro días, de manera que los astronautas pudieran realizar no dos, sino tres actividades extravehiculares (EVAs) y más experimentos que sus predecesores.

Rima Hadley y lugar de alunizaje del Apollo 15.
Fuente*: Wikipedia
Lugar de alunizaje del Apollo 15, al pie del monte Hadley Delta,
fotografiado por la cámara del LROC.
Están señalados los recorridos de las dos primeras EVAs.
Fuente: NASA
Scott al lado del LRV, al borde de la Rima Hadley.
Fuente: Wikipedia

El motivo de alunizar en una zona montañosa era conseguir muestras de distinto tipo al que se había recogido hasta el momento, por ejemplo, escombros desprendidos de los montes que hubieran rodado ladera abajo a lo largo de los milenios.

Roca Génesis.
Fuente*: Wikipedia

De hecho, una de las muestras más interesantes que se recogieron durante el programa fue aportada por el Apollo 15: la llamada Roca Génesis. Su importancia radica en su antigüedad, ya que formó parte de la corteza primaria de la Luna.

Además, al disponer del LRV pudieron llegar mucho más lejos en las EVAs. Por ejemplo, la imagen que sigue fue tomada a 7’5 Km del lugar de alunizaje, mucho más que los 1300 m que pudieron alejarse con tanto esfuerzo los astronautas del Apollo 14.

Scott en la base del monte Hadley Delta, a 7,5 Km del LM.
Fuente: NASA

Y, hablando del LRV, vamos a conocerlo un poco más, ya que tuvo tanto protagonismo 🙂

El LRV debía ser, ante todo, seguro y ligero. Seguro, obviamente, para que los astronautas no sufrieran ningún accidente y no se quedaran tirados en medio de la nada. Y ligero porque tenía que caber en el LM, aunque en un principio se habían planteado utilizar cohetes aparte para enviar camiones que incluyeran una cabina presurizada y que fueran capaces de transportar un habitáculo y equipos de supervivencia suficientes para que los astronautas pudieran viajar por la Luna durante semanas. Pero los presupuestos ajustados impidieron la puesta en marcha de estas misiones de larga estancia en la Luna y el lanzamiento de dos cohetes por misión, así que la opción más viable para profundizar en el conocimiento de nuestro satélite pasaba por crear un vehículo ligero.

LRV del Apollo 15
Fuente: NASA
El LRV del Apollo 15 con Scott a bordo
Fuente: NASA

Varias empresas estuvieron investigando para diseñar el LRV, y pugnaron en el concurso convocado por la NASA, siendo Boeing la que finalmente ganó y entregó el primer vehículo tan solo 17 meses después de firmar el contrato con la agencia espacial.

Para complementar las imágenes y que os hagáis mejor una idea de cómo era realmente el LRV, os pongo aquí sus características técnicas:

Peso209,56 Kg
Carga útil725,74 Kg
Longitud3,09 m
Ancho182,88 cm
Distancia entre ejes228,6 cm
Autonomía91,73 Km
PotenciaDos baterías de 36 voltios que alimentaban cuatro motores eléctricos (uno en cada rueda)
Velocidad16 Km/h
Plazas2 astronautas

Además, cabe añadir que el LRV disponía de:

  • Sistema de suspensión antivuelco.
  • Ruedas de malla de alambre, con relieve de tiras de titanio en forma de V y con guardapolvos, especialmente diseñadas para lidiar con el terreno de la Luna.
  • Baterías capaces de operar a temperaturas comprendidas entre los -128 y los 93ºC.
  • Un mando en forma de T que servía para avanzar, girar, ir marcha atrás, frenar y estacionar. Por cierto, algunos sistemas del LRV fueron la base para las modernas sillas de ruedas eléctricas que tienen, por ejemplo, un mando similar.
  • Cámara de TV en color y antena parabólica para retransmitir imágenes vía satélite a la Tierra.
  • Otra cámara auxiliar de 16 mm
  • Espacio de almacenaje para muestras, herramientas, etc.
  • Equipo de soporte vital auxiliar
  • Motores de dirección delanteros y traseros.
  • Panel con indicadores de velocidad, rumbo, inclinación, batería, temperatura.
  • Un giroscopio y un cuentakilómetros conectados a un ordenador que marcaba continuamente la dirección y distancia al LM.

Como habréis observado, el LRV era una virguería de la ingeniería, pero lo que habéis visto no es nada comparado con lo que sigue a continuación, porque ¿os habéis preguntado en algún momento cómo demonios llevaban el rover dentro del LM? La respuesta es: plegado. Sí, sí, en serio, plegado. Y si no os lo creéis, mirad este vídeo 😀

Extracción y despliegue del LRV del Apollo 15
Fuente*: Wikipedia

Y para los muy frikis o aquellos a quienes os haya sabido a poco lo que he explicado sobre tan extraordinario vehículo, aquí os dejo el enlace al Manual de instrucciones del LRV 😀

Bueno, pues ahora que ya conocemos las características técnicas principales del LRV, solo nos quedaría verlo en funcionamiento. Pero para eso tendremos que esperar al Apollo 16, porque no he encontrado ningún vídeo del 15 en el que se vea en marcha. Así que, ¡paciencia! Seguro que los astronautas también la tuvieron a lo largo de todas las misiones 😜

Para compensar un poco, os dejo esta curiosa comparativa de las distancias recorridas por distintos vehículos o robots extraterrestres y también un vídeo grabado con la cámara de 16 mm del LRV durante la segunda EVA.

Comparativa de distancias recorridas por vehículos en la Luna y Marte.
Fuente*: Wikipedia
EVA2 en el LRV del Apollo 15
Fuente*: Wikipedia

Una vez, cuando era adolescente, el padre de una amiga mía nos dio un paseo por el mar a bordo de su pequeña lancha motora y la verdad es que el movimiento que se aprecia en el vídeo me recuerda mucho al que sentía en la lancha, y he relacionado este hecho con los entrenamientos de los astronautas dentro del agua (aunque no me hagáis mucho caso, porque igual no tiene nada que ver una cosa con la otra 😅).

Bien, pues después de este nada breve inciso para presentaros al LRV, seguimos con la misión propiamente dicha.

Durante su estancia en nuestro satélite, Scott e Irwin colocaron el correspondiente ALSEP , que incluía entre otros instrumentos el retroreflector de rayos láser más grande que hay sobre la Luna (105*65 cm), y recogieron unos 77 kilos de muestras, entre ellas un bloque de subsuelo que costó mucho extraer y la roca llamada Great Scott, la segunda más grande aportada en todo el Programa Apollo.

Retrorreflector de rayos láser del Apollo 15 fotografiado por Scott
Fuente: NASA

Un par de curiosidades sobre Great Scott:

Pero también se dedicaron también a otras actividades:

  • Colocaron una placa y una estatuilla a los astronautas y cosmonautas caídos.
Placa y estatuilla a los astronautas y cosmonautas caídos
Fuente: NASA
  • Estamparon con matasellos de correos unos sobres de coleccionista conmemorativos de la misión. Al respecto de esto, hubo una controversia bastante importante que podéis consultar en este enlace.
  • Aprovechando las condiciones de casi vacío de la prácticamente inexistente atmósfera lunar, utilizaron un martillo y una pluma para recrear el famoso experimento de Galileo Galilei sobre la caída libre.
La caída libre del martillo y la pluma del Apollo 15
Fuente*: Wikipedia

Dejemos ahora a Scott e Irwin paseando por la Luna con su flamante LRV, recogiendo muestras y sellando sobres, y vamos a ver qué hacía Worden en el CM mientras orbitaba una y otra vez.

En esta ocasión, el SM estaba equipado con el llamado SIM (Scientific Instrument Module), que incluía una serie de instrumentos que permitirían a Worden realizar mediciones precisas de selenografía para su posterior mapeo, medir la altura exacta a la que se encontraba en todo momento, fotografiar con detalle las zonas que sobrevolaba, detectar la presencia de actividad volcánica, analizar a grandes rasgos diferencias en la composición de distintas zonas de la superficie lunar, etc. Así que, como os podréis imaginar, el piloto del Endeavour no se aburrió ni un poquito y nos obsequió con preciosas e interesantes imágenes de la Luna 😉

Zona del límite del Oceanus Procellarum fotografiada desde el Endeavour
Fuente: NASA
Zona de Aristarchus fotografiada desde el Endeavour
Fuente: NASA
Estructura de fluido en el límite del cráter Tsiolkovsky
(¿os acordáis de Tsiolkovsky?)
fotografiado desde el Endeavour
Fuente: NASA
Apeninos y Rima Hadley fotografiados desde el Endeavour
Fuente: NASA

A pesar de lo bien que lo estuvieran pasando todos, y por muy provechosa en innovadora que fuera la misión, todo llega a su fin. Así, el 2 de agosto, a las 17:11 aprox., el módulo de ascenso del Falcon despegaba para ir a encontrarse con el Endeavour en órbita lunar.

Despegue del módulo de ascenso del Falcon
filmado por la cámara de TV en color del LRV
Fuente*: Wikipedia

Cuando los tres astronautas ya estuvieron reunidos a bordo del CM, justo antes de emprender el regreso a la Tierra, soltaron el llamado Particles and field subsatellite 1 (PFS-1), un pequeño satélite que había ido alojado en el SIM hasta ese momento, y cuya misión sería orbitar la Luna para medir su campo gravitatorio y magnético así como las partículas que la rodean.

Representación artística del PFS
Fuente*: Wikipedia

Pero las aventuras no habían terminado todavía. En el camino de vuelta a casa, Worten salió al exterior de la nave para recuperar las cintas de las imágenes tomadas por las cámaras del SIM, protagonizando así el primer paseo espacial de la Historia en el espacio profundo.

EVA de Worden en el Apollo 15
Fuente*: Wikipedia

Finalmente, el 7 de agosto de 1971, el CM del Apollo 15 amerizó en el Océano Pacífico con sus tres tripulantes sanos y salvos a pesar de que uno de los tres paracaídas no funcionó, aunque eso no era un verdadero problema ya que solo eran necesarios dos de ellos y el tercero estaba sólo por si acaso (¡menos mal!).

Amerizaje del Apollo 15
Fuente: NASA

La misión había llegado a su fin, pero el programa aún no… ¿Me acompañas en el Apollo 16 ?.

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*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos, o bajo licencia CC BY-SA 3.0 en los casos especificados. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Rima Hadley y lugar de alunizaje del Apollo 15: De NASA / LRO_LROC_TEAM – http://wms.lroc.asu.edu/lroc/global_product/100_mpp_global_bw/tile/tile4, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=18463673

Scott al lado de LRV, al borde de la Rima Hadley: De NASA – NASA, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=30480657. https://www.nasa.gov/

Roca Génesis: Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=188207. https://www.nasa.gov/

Detalle de una rueda del LRV: Tyrol5 – Own work. A close-up photograph showing the chevron shaped treads on a wheel designed for an Apollo Lunar Roving Vehicle on display in the Apollo to the Moon exhibition at the National Air and Space Museum in Washington, D.C. Bajo licencia CC BY-SA 3.0

Extracción y despliegue del LRV del Apollo 15: By NASA https://history.nasa.gov/alsj/a15/video15.html#deploylrv

Comparativa de distancias recorridas por vehículos en la Luna y Marte: By NASA/JPL-Caltech – https://mars.nasa.gov/resources/6471/driving-distances-on-mars-and-the-moon/ (image link), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=30490144

EVA2 en el LRV del Apollo 15: Taken from Spacecraftfilms.com DVD «Apollo 15: The Great Explorations Begin». Author: NASA

Great Scott antes de recogerla: By NASA – Apollo Lunar Surface Journal, Apollo 15 Image Library, Hasselblad Magazine 82 (B&W), AS15-82-11164, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=57278772

Great Scott: By James Stuby based on NASA image – Lunar and Planetary Institute, Lunar Sample AtlasSample 15555 Photo S71-43393, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=57503553

La caída libre del martillo y la pluma del Apollo 15: https://nssdc.gsfc.nasa.gov/planetary/lunar/apollo_15_feather_drop.html

Despegue del módulo de ascenso del Falcon filmado por la cámara de TV en color del LRV: Taken from Spacecraftfilms.com DVD «Apollo 15: The Great Explorations Begin». Author: NASA

Concepto artístico del PFS: By NASA Johnson Space Center – http://nix.larc.nasa.gov/info;jsessionid=1qs0kulic60ui?id=S71-39481&orgid=8, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2730321

EVA de Worden en el Apollo 15: Spacecraftfilms.com DVD «Apollo 15: The Great Explorations Begin». Author: NASA

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 14: por fin, Fra Mauro.

Después de lo sucedido con el 13, cualquiera se aventuraba de nuevo para ir a la Luna… Sin embargo, no solo lo hicieron una vez más, ¡sino cuatro! Aunque… claro, no fueron los mismos astronautas, que ya habían tenido bastante viaje espacial y especial 😉

El 31 de enero de 1970, cuatro meses después de lo previsto, despegaban otros tres hombres, por cuarta vez en la Historia, con rumbo a la Luna. Sus nombres: Alan B. Shepard (comandante, y que había formado parte del proyecto Mercury siendo el primer astronauta estadounidense), Stuart A. Roosa (piloto del CM), y Edgar D. Mitchell (piloto del LM).

Lanzamiento del Apollo 14
Fuente: NASA

Como curiosidad, comentar que después del despegue, Juan Carlos I, por aquel entonces Príncipe de España, visitó junto a su esposa, Sofía de Grecia y Dinamarca, el Centro de Control de Lanzamiento del Kennedy Space Center.

El retraso en la fecha del lanzamiento que he mencionado se debió, cómo no, a la exhaustiva revisión que se realizó de la misión Apollo 13 y los subsiguientes cambios para evitar que se repitiera el accidente ocurrido durante esta.

Esquema de los cambios realizados en el SM y el CM del Apollo 14, sugeridos por la Junta de revisión del Apollo 13.
Fuente: NASA

Dichos cambios consistían, entre otros, en incluir en el SM un tercer tanque de oxígeno criogénico por si fallaba uno de los otros dos, eliminar los interruptores de dichos tanques, y añadir al CM un nuevo depósito de agua de unos 19 litros de capacidad.

Así que, con todos estos arreglos, los astronautas del Apollo 14 podían estar tranquilos. ¿O no?

La verdad es que no del todo. Si bien es cierto que las dificultades no alcanzaron el punto del 13, Shepard, Mitchell y Roosa también tuvieron sus momentos de estrés.

El primer problema llegó al intentar acoplar el Antares (LM) al Kitty Hawk (CM). Para que os hagáis a la idea de cómo era esta maniobra, os pongo un vídeo de lo que veían los astronautas desde el CM durante la aproximación de los dos módulos.

Aproximación al Antares desde el Kitty Hawk.
Fuente: NASA

El acoplamiento no funcionaba debido a que los tres pequeños cerrojos, denominados probe latches y que debían fijar la unión de ambas naves en una primera fase, estaban atascados.

Esquema del mecanismo de acoplamiento del LM (izq) y el CM (dcha).
Justo en la punta del cono del CM estaban los tres cerrojos que fallaban.
Fuente: NASA

¡Pobre Roosa, lo que tuvo que sudar! Su reacción al ver que, después de tres intentos, los cerrojos seguían sin funcionar, habla por sí sola… (003:23:44)

Fragmento de la transcripción del Diario de vuelo del Apollo 14.
Fuente: NASA

Hay que destacar que el bueno de Roosa mantuvo la compostura lo suficiente como para pronunciar el improperio fuera de la comunicación con Houston, tal como se especifica en la transcripción y como se aprecia en el minuto 15:23 del siguiente audio, correspondiente al fragmento del diario copiado en la imagen previa. Eso sí, de no ser por el taco en cuestión, nadie diría por su tono de voz en las comunicaciones que se hubiera alterado lo más mínimo.

Fragmento de comunicaciones del Diario de vuelo del Apollo 14.
Fuente: NASA

Por supuesto, él y sus dos compañeros no fueron los únicos que lo pasaron mal. Parece que en la sala de control flotaba un ligero nerviosismo…

Sala de Control durante las maniobras de acoplamiento.
Fuente: NASA

Y es que, claro, aunque la vida de los astronautas no estuviera en juego por este motivo, la llegada a la Luna sería imposible si el CM y el LM no se acoplaban correctamente.

No me queda muy claro cómo, pero por fin funcionó después de una hora cuarenta y dos minutos y seis intentos, así que todos pudieron respirar tranquilos durante un rato 🙂

De oca a oca y tiro porque me toca…

El viaje hasta la Luna transcurrió sin más incidencias hasta después de separar el LM para que Mitchell y Shepard descendieran hasta la superficie del satélite. Cuando los dos astronautas iniciaban los preparativos, surgió un problema: empezó a parpadear la luz que indicaba que el interruptor de abortar el alunizaje estaba en posición abierta, lo que implicaba que, siguiendo su programación, el ordenador del LM habría abortado el alunizaje en el momento en que las instrucciones para llevarlo a cabo se pusieran en marcha.

En la imagen de abajo, he señalado en color amarillo la alarma y el interruptor de aborto. Sinceramente, no sé si era ese el que causaba el problema, pero es el único que he encontrado que pusiera algo de Abort 😅

Paneles de control del LM.
Fuente: NASA

Volviendo a la cuestión, en un primer momento no sabían a qué podía ser debido. Houston pidió a los astronautas que golpearan el panel de mandos junto al interruptor y, aunque parezca un método muy primitivo, les sirvió para comprobar que se trataba de un cortocircuito debido seguramente a alguna pequeña pieza de soldadura suelta que provocaba un mal contacto.

Pero, a pesar de la simpleza de la avería, la situación seguía siendo grave, ya que el aborto podía llegar a ejecutarse de todas maneras y, además, el tiempo jugaba en contra, porque el LM pronto pasaría por la cara oculta de la Luna, perdiéndose así las comunicaciones durante un buen rato, y cuando volviera a ser «visible» ya quedaría muy poco tiempo para que Mitchell y Shepard pusieran en marcha cualquier solución. Por lo tanto, había que actuar con rapidez.

Los dos astronautas se dieron cuenta de que, en el momento en que reaparecieran, Mitchell, como piloto del LM, tendría que dedicarse en cuerpo y alma a seguir las instrucciones que les dieran desde Control para anular la alarma de aborto y, por lo tanto, no podría desempeñar el 100% de sus funciones habituales para alunizar. Por este motivo, durante el tránsito por la cara oculta, mientras que los ingenieros del MIT se devanaban los sesos en busca de una forma de engañar al ordenador del LM, los dos astronautas hacían lo mismo para diseñar una nueva distribución de las tareas requeridas para el descenso, de manera que Shepard tuvo que asumir algunas de las tareas de Mitchell para que este estuviera libre cuando fuera necesario.

Al final, sorprendentemente, resultó que el alunizaje del Apollo 14 fue el más preciso de todos, es decir, el que más se aproximó al punto previamente planificado para alunizar 😀

Lugar de alunizaje del Apollo 14 fotografiado por el LRO en 2009.
Fuente*: Wikipedia y NASA

Si os apetece una explicación más técnica y detallada de cómo fue el alunizaje del Antares, podéis echar un vistazo al siguiente vídeo en el que, por cierto, he descubierto que el interruptor de aborto sí que era el que yo creía 😎

Alunizaje del Apollo 14
Fuente: Apollo 14 – Apollo Flight Journal
Vista frontal del LM del Apollo 14 en su lugar de alunizaje.
Fuente: NASA

¡Bueno, pues ya estaban Shepard y Mitchell en Fra Mauro! Mientras tanto, por supuesto, Roosa les esperaba en órbita a bordo del CM y aprovechaba para fotografiar la superficie de nuestro satélite.

Superficie lunar vista desde el CM
Fuente: NASA

Y, hablando de Roosa, resulta que este hombre había sido bombero forestal paracaidista y, por ese motivo, llevó consigo 500 semillas de árboles al viaje del Apollo 14, que fueron plantadas posteriormente en distintos lugares de la Tierra. A los árboles resultantes se los conoce como Árboles de la Luna.

Volviendo con Shepard y Mitchell, como ya era costumbre, los dos astronautas del LM tenían que realizar dos EVAs (actividades extravehiculares). En la primera tenían que colocar el ya familiar ALSEP, y en la segunda debían caminar hasta el borde de un cráter cercano para recoger muestras allí.

Sobre las EVAs del Apollo 14 podemos destacar algunas curiosidades:

  • Los astronautas disponían de algunas innovaciones con respecto a anteriores misiones:
    • Una especie de carretilla, denominada MET para transportar el ALSEP y las muestras.
    • El traje del comandante Shepard fue el primero en tener una banda roja en las extremidades y el casco para que se le distinguiera en las fotos en el momento de la revisión y análisis de la misión.
    • Los trajes de los astronautas disponían de un nuevo sistema de supervivencia que consistía en poderse conectar entre ellos para compartir agua del sistema de refrigeración y oxígeno.
  • En la segunda EVA, los astronautas estuvieron mucho rato caminando para intentar alcanzar el borde del llamado Cráter Cone. De hecho, anduvieron hasta alejarse 1300 m del LM y salvaron un desnivel de unos 85 m.
  • A lo largo de este recorrido perdieron la ubicación en algún momento y, finalmente, agotados y ya con escasos minutos de soporte vital, tuvieron que darse por vencidos y regresar al LM sin alcanzar la meta. Posteriormente, en la revisión de la misión, se dieron cuenta de que habían estado a menos de 30m del objetivo.
Mitchell caminando por la Luna con el mapa de las EVAs en la mano
Fuente: NASA
  • Durante la búsqueda del borde del Cráter Cone, las pulsaciones del comandante llegaron a 155 y las del piloto del LM a 150, así que el médico de la misión les tuvo que recomendar que se parasen a descansar. En algunos momentos del siguiente audio (minuto 11:30) se aprecia claramente que los astronautas están sofocados debido al cansancio.
Audio de la 2ª EVA del Apollo 14
Fuente: NASA
  • Entre los 42,5 Kg de muestras que Shepard y Mitchell recogieron en la Luna, se encuentra una de las rocas lunares más grandes aportadas por el Programa Apollo. Pesa casi 9 Kg y recibió el apodo Big Bertha. Fue encontrada en la zona cercana al borde del Cráter Cone, y lo más curioso es que los análisis efectuados en la Tierra confirmaron que en realidad la roca procedía de nuestro planeta o_O
  • Y por último, como anécdota curiosa de la estancia lunar del Apollo 14, comentar que Shepard se llevó una cabeza de palo de golf, que acopló al mango de una herramienta, y una pelota para lanzar en la Luna. A él le pareció que la pelota volaba «millas y millas y millas», pero después se estimó que debió de llegar a unos 180-370 metros, y es que en la Luna las distancias son difíciles de calcular a simple vista. Quizás por eso precisamente se perdieron de camino al cráter… 😵

Fuera como fuere, las EVAs fueron bastante bien y en breve los dos astronautas abandonaron la superficie lunar a bordo de la fase de ascenso del LM para reunirse con Roosa, que les había esperado pacientemente orbitando la Luna a bordo del CM.

Despegue del Antares
Fuente: NASA
Aproximación al CM vista desde el LM del Apollo 14.
Fuente: NASA

Ya solo cabe añadir que el viaje de regreso a casa transcurrió sin más incidentes y que el Kitty Hawk amerizó exitosamente en el Océano Pacífico el 9 de febrero de 1971 trayendo de vuelta a sus tres tripulantes, que fueron los últimos a los que obligaron a pasar cuarentena a su llegada.

Os dejo con un par de vídeos, cuanto menos curiosos, en los que podréis ver algunas escenas de la vida cotidiana de los astronautas durante el viaje, haciendo experimentos, afeitándose, comiendo, haciendo ejercicio e incluso haciendo el payaso 😄

Apollo 14 – 16-mm magazine 1202-H
Fuente: Apollo 14 – Apollo Flight Journal
Apollo 14 – 16-mm magazine 1198-E
Fuente: Apollo 14 – Apollo Flight Journal

Y ahora, puedes seguir con el Apollo 15 o, si lo prefieres, acceder directamente a algún otro artículo o al Ebook gratuito (última imagen), clicando en el enlace de la foto correspondiente 😉

*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Lugar de alunizaje del Apollo 14 fotografiado por el LRO en 2009: By NASA/Goddard Space Flight Center/Arizona State University – http://www.nasa.gov/images/content/369228main_ap14labeled_540.jpg linked from http://www.nasa.gov/mission_pages/LRO/multimedia/lroimages/apollosites.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7333042

Mapa de las EVAs del Apollo 14: By NASA – http://www.hq.nasa.gov/alsj/a14/a14mrf3-1.jpg, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=17637506

Big Bertha en el laboratorio: By NASA – https://history.nasa.gov/alsj/a14/a14.html (direct link), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=76293660

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 13: Sarampión+bote salvavidas+calcetín usado+un fantástico equipo humano=Éxito.

Insignia del Apollo 13
Fuente*: Wikipedia

Los supersticiosos pensaban que, por ser el 13, las cosas podrían salir mal. Muchos, incluso, tal vez llegaran a calificar la misión de fracaso aunque, posteriormente, se la llamó «fracaso exitoso»…

Sea como fuere, el Apollo 13, para mí, es uno de los símbolos de la capacidad de lucha, superación y perseverancia de los seres humanos, para salir de los atolladeros en los que nos metemos nosotros solitos.

Pero bueno, estoy opinando antes de explicaros la historia. Os dejo con ella y, después, juzgad vosotros mismos: ¿éxito o fracaso?, ¿casualidad o mala suerte por ser el 13?

Lanzamiento del Apollo 13. KSC
Fuente: NASA

Lo que está claro es que en la NASA no se creían aquello de la mala suerte. ¿Por qué iban a ir mal las cosas, si la misión se había preparado como todas las demás?

Mattingly durante un entrenamiento en un tanque de agua
Fuente: NASA
Saturn V de Apollo 13 siendo trasladado desde el edificio de ensamblaje hasta la plataforma de lanzamiento.
S69-41988 001
Fuente: NASA
Mattingly, Lovell y Haise durante un entrenamiento
Fuente: NASA
Lovell durante un entrenamiento de simulación de superficie Lunar.
Fuente: NASA

Es más, la NASA apostó por desterrar aquella superstición del número 13 y optó por una hora de despegue más que tentadora…

Tripulación definitiva del Apollo 13: Lovell, Swigert y Haise
Fuente: NASA

Así, el Apollo 13 fue lanzado el 11 de abril de 1970 a las 13:13:00, hora local de Houston (19:13:00 UTC), con rumbo a las Tierras Altas de Fra Mauro, llevando a bordo a los astronautas James A. Lovell (Comandante), John L. Jack Swigert (Piloto del CMOdyssey), y Fred W. Haise (Piloto del LMAquarius). Este último, sustituía a Ken Mattingli, a quien el equipo médico de la misión obligó a quedarse en tierra por haber estado en contacto con el virus del sarampión durante los días anteriores al despegue, sin haber pasado la enfermedad previamente ni estar vacunado, hecho que le hacía susceptible de padecerla justo durante la misión.

Pero este no iba a ser el único contratiempo de la misión, ni mucho menos…

Tripulación original del Apollo 13: Lovell, Mattingly y Haise.
Fuente: NASA

Cuando hacía tan solo escasos minutos que la nave había despegado, un nuevo percance puso a prueba los templados nervios de los tripulantes y del control: el motor central de la segunda fase del Saturn V dejó de funcionar debido a las oscilaciones pogo; por suerte, todos respiraron tranquilos cuando comprobaron que el fallo se podía compensar fácilmente, haciendo funcionar durante más rato los otros cuatro motores y, posteriormente, el de la tercera fase.

Superada esta pequeña prueba, la misión parecía seguir su curso previsto. Todo indicaba que sería una más; «simplemente» la tercera excursión a nuestro satélite, llegando a ser calificada por los medios de comunicación como «rutinaria», hasta que, casi 56 horas después del lanzamiento, cuando ya habían completado unas tres cuartas partes del recorrido hacia la Luna (v. fig. 1, más abajo), y el CM y el LM ya estaban acoplados desde hacía muchas horas, algo hizo que este viaje sufriera un cambio imprevisto y terrible.

Lovell ocupando su posición en el LM durante la misión.
Fuente: NASA

He aquí un resumen de la secuencia de sucesos que tuvo lugar (los que seáis muy frikis o tengáis ganas, en este enlace podéis ver la cronología detallada y completa de aquellos momentos críticos):

  • 55h 52m 58s: CAPCOM (comunicador de Houston) les pide que, cuando puedan, pongan en marcha los ventiladores de los tanques de hidrógeno y oxígeno, cuya función era homogeneizar la distribución de los gases en sus respectivos recipientes.
  • 55h 53m 06s: Swigert pone en marcha los ventiladores.
  • 55h 54m 51s: Después de detectar diversas oscilaciones en los indicadores de temperatura y presión del tanque de oxígeno número 2, acompañadas de alteraciones en el suministro eléctrico, los astronautas oyen una explosión acompañada de unas vibraciones en la nave.
    Aunque ellos todavía no lo saben, y atribuyen todo esto a un impacto accidental con un meteorito, la verdadera causa ha sido un cortocircuito, debido a un recubrimiento de teflón deteriorado en uno de los cables de los ventiladores.
  • 55h 54m 53s: Se detectan alteraciones en los indicadores de actitud (horizonte artificial) de la nave. El tanque de oxígeno número 1 pierde presión, porque las tuercas de los paneles que recubrían el sector del nº 2 han salido disparadas y han agujereado al nº1.
  • 55h 55m 01s: Las células de combustible 1 y 3 dejan de funcionar, ya que el choque mecánico ha cerrado sus válvulas de acceso de oxígeno. En consecuencia, la nave se queda sin energía eléctrica.
  • 55h 55m 20s: Swigert y, enseguida, Lovell, comunican a Houston que tienen un problema: «Houston, we’ve had a problem». 
Houston we’ve got a problem
Fuente*: Wikipedia Commons

A mí, personalmente, lo que más me maravilla de los astronautas, ya lo he comentado en otras ocasiones, es esa sangre fría que parecen mantener en todo momento; se les está yendo a pique la nave, en medio de la nada y, sin embargo, hay que ver la calma con la que lo dicen por la radio…

Pues bien, ahora ya todo el mundo sabía que había un problema, ¡y grave!

La explosión principal desencadenó una vertiginosa cascada de averías en serie que, en cuestión de segundos, acabó dejando al módulo de servicio prácticamente inutilizable, sin energía eléctrica (aparte de las baterías) y sin suministro de oxígeno y agua, haciendo que el control de Tierra se viese obligado a ordenar a los astronautas que apagasen todos los sistemas del CM que no fuesen imprescindibles.

SM después de la explosión, visto desde el LM/CM el día 17 de abril de 1970
Fuente: NASA

A partir de aquel preciso instante, entró en discusión si la misión debía continuar tal cual estaba planeada o si, por el contrario, se debía anular el alunizaje.

Finalmente, el objetivo de la misión dio un giro de 180º. La Luna ya no importaba. Fra Mauro podría esperar al Apollo 14 porque, ahora, el único asunto primordial, que mantendría ocupados al 100% de la plantilla del control, sería traer de vuelta a casa a los tres hombres que flotaban a la deriva en el espacio, a tres días de distancia de la Tierra.

Algunos miembros importantes del equipo de control de la misión (izq.-dcha.): astronautas Donald K. Slayton, director de operaciones de vuelo; astronauta Jack R. Lousma, comunicador; y astronauta John W. Young, comandante de la tripulación de reserva del Apollo 13. Sentados (izq.-dcha.): astronauta Ken Mattingly y astronauta Vance D. Brand, comunicador. 
Fuente: NASA

Pero ¿cómo hacerlo? ¿Se podía dar la vuelta y regresar, sin más?

Los medios de que disponían para ello, una nave muerta -el Odissey-, y un improvisado bote salvavidas diseñado originalmente para albergar a dos personas durante dos días -el Aquarius-, no prometían grandes milagros en aquella quimérica empresa.

Sin embargo, el fracaso no era una opción que pudiesen contemplar. Había que conseguirlo, y punto.

El primer paso fue decidir la estrategia a seguir para el viaje en sí.

La alternativa contemplada en los planes de emergencia de la misión era dar la vuelta desde donde estaban, pero no era factible; la nave ya se hallaba bajo la influencia de la gravedad lunar, y habrían necesitado más energía y combustible del que disponían para lograrlo.

De este modo, la única solución pasaba, obligatoriamente, por entrar en una trayectoria de regreso libre circumlunar, que consiste en aprovechar la fuerza gravitatoria de la Luna para impulsar la nave hacia el camino de regreso a la Tierra, un sistema que permitió ahorrar una valiosísima energía que podía necesitarse más adelante.

Trayectoria circumlunar seguida por el Apollo 13.
Fuente*: Wikipedia

Para conseguir el cambio de dirección que les condujese a dicha trayectoria, fue necesario hacer un breve encendido de los propulsores del LM. Desde Houston les indicaron el tiempo que debía durar, y la dirección que debían tomar, y los astronautas lo tenían que ejecutar de forma manual. Así, Swigert se encargó de controlar el tiempo de encendido, Haise del cabeceo de la nave, y Lovell de la maniobra de giro y de apretar los botones de encendido y apagado cuando Swigert se lo indicase.

La tensión fue máxima durante los breves instantes que duró la maniobra ya que, si no hubiese salido bien, les habría hecho estrellarse contra la superficie lunar o perderse en el espacio para siempre. Tal fue la expectación con la que se vivió toda esta situación desde la Tierra, que incluso se organizaban plegarias en las iglesias para rezar por los astronautas…

A continuación, después de entrar en órbita lunar, la nave permaneció unos minutos sobrevolando la cara oculta del satélite, durante los cuales, las comunicaciones se cortaron. 

Mientras nuestros tres hombres flotaban a escasos kilómetros del otro lado de la Luna (para Lovell, por cierto, era la segunda vez que pasaba tan cerca de ella sin llegar a tocarla), en la Tierra, el equipo de control (y todo el país) contenía la respiración en medio de un angustioso silencio, sin saber cómo iban las cosas a bordo.

Cara oculta de la Luna mostrando el cráter Tsiolkovsky desde el Apollo 13
Fuente: NASA

Pero, afortunadamente, la modificación de trayectoria funcionó, y la nave emprendió el regreso a casa.

No obstante, no podían cantar victoria. Todavía les separaban muchos kilómetros del hogar, y todos los esfuerzos que realizasen para mantener con vida a los tres astronautas, podrían llegar a resultar insuficientes.

En esta etapa de la abortada misión, la dedicación y entrega total de un gran equipo humano, en el que estuvo incluido Ken Mattingli, fue absolutamente crucial.

Había que encontrar la forma de mantener con vida a los astronautas en unas naves que presentaban serios problemas:

  • El CM se quedaba sin energía, pues la explosión había gastado casi todo el oxígeno, que era utilizado no solo para respirar, sino para producirla.
  • El LM estaba diseñado para albergar a dos astronautas durante dos días, y no a tres durante tres días.

En consecuencia, y con el objetivo de ahorrar el máximo de energía posible para el momento previo a la reentrada, en que se necesitaría que los sistemas del CM funcionasen a tope, se «apagó» el CM y el LM redujo el consumo a la mínima expresión.

Sin embargo, esto acarreó un nuevo problema: el frío.

Lovell intentando descansar en la gélida nave
Fuente*: Wikipedia

La baja temperatura, además de empeorar más todavía las ya precarias condiciones de alimentación y descanso en que se encontraban los astronautas (la comida estaba semicongelada y casi no podían dormir), provocó la condensación de la humedad ambiental en los paneles de mandos, cosa que hizo temer un posible cortocircuito cuando los sistemas volvieran a activarse. Afortunadamente, esto último no sucedió gracias al cuidadoso aislamiento del cableado.

Pero eso no fue todo. Una nueva contrariedad ponía en juego la vida de los tres hombres.

Se trataba del CO2.

Para eliminarlo, y que los astronautas no muriesen asfixiados, se utilizaban unos filtros, tanto en el módulo lunar como en el módulo de mando. Los filtros del LM estaban sobresaturados, y los del CM, que estaban bien, no se podían utilizar porque el módulo estaba fuera de servicio. La solución parecía obvia: poner los del CM en el LM… Pero no podía ser tan fácil: los del primero tenían forma cuadrada, y los del segundo, circular. Por lo tanto, no encajaban.

Bajo extrema presión, haciendo acopio de toda su creatividad e ingenio, el equipo de Houston estudió cómo adaptar ambos dispositivos con el material de que disponían a bordo y, finalmente, utilizando bolsas de plástico, cartón, cinta adhesiva y un calcetín usado, consiguieron acoplarlos.

El prototipo del denominado «buzón», creado por el Manned Spacecraft Center para filtrar el CO2 del Apollo 13, es mostrado en el centro de control de la misión.
Fuente: NASA

Después de que se les explicase paso a paso a los astronautas cómo construir el dispositivo, y de que estos lo llevasen a cabo y lo instalasen, su supervivencia estaba asegurada. Al menos, de momento.

Vista del interior del LM del Apollo 13 mostrando el «buzón».
Fuente: NASA

Ahora bien, si alguien creía que ya estaba todo solucionado, se equivocaba…

La Tierra se veía cada vez más grande a través de las ventanillas del Odissey y del Aquarius, pero los astronautas todavía no tenían claro cómo conseguirían reactivar el módulo de mando para el último encendido de los motores, que tendría que encarar la nave en la dirección correcta para la reentrada, teniendo en cuenta la escasísima energía que quedaba.

La Tierra vista desde el Apollo 13 durante su viaje
Fuente: NASA

En Houston no eran ajenos a esta terrible realidad; un gran equipo de ingenieros, junto a Ken Mattingly, rediseñaron de arriba a abajo y ensayaron en el simulador una nueva secuencia de puesta en marcha, antes de explicársela punto por punto a los exhaustos astronautas.

Mattingly (izq.) hablando con la tripulación del Apollo 13 desde el control de la misión. A la derecha, Joseph P. Kerwin, uno de los comunicadores.
Fuente: NASA
Swigert (dcha) y Lovell (manos a la izq) realizando una de las adaptaciones necesarias a lo largo del viaje para que el Aquarius les sirviera de bote salvavidas. Atención a los agotados ojos de Swigert.
Fuente: NASA

Por fortuna, el nuevo protocolo también funcionó en la práctica.

Finalmente, tras abandonar primero al dañado módulo de servicio y, después, al Aquarius, que fue su bote salvavidas a lo largo de todas estas aventuras y desventuras, Lovell, Swigert y Haise realizaron la reentrada con éxito, y amerizaron en el Océano Pacífico sin más incidencias, el día 17 de abril a las 18:07:41 UTC.

Módulo de servicio fotografiado desde el LM después de ser abandonado antes de la reentrada. Lo que se ve en primer plano es el Módulo de mando. También se aprecia la Luna.
Fuente: NASA

Hasta la vista, Aquarius. Y gracias, fueron las palabras de Lovell al desacoplar el LM, poco antes de la reentrada.

Vista del Aquarius, fotografiado desde el CM después de desacoplarlo antes de la reentrada.
Fuente: NASA
Dos controladores en la Sala de Control de Operaciones de las Misiones, en Houston, instantes antes del amerizaje del Apollo 13.
Fuente: NASA
Amerizaje del Apollo 13 en el Océano Pacífico.
Fuente: NASA

La misión, finalmente, había sido un éxito. Un gran equipo humano lo había hecho posible: los tres hombres que mantuvieron la calma y la profesionalidad en todo momento, a pesar de saber que su vida estaba en juego, y todos los integrantes del equipo de Tierra que les apoyaron y cuidaron sin desfallecer, e hicieron posible su regreso a casa. 

¡Ah! Y no olvidemos el calcetín, el sarampión y el bote salvavidas que, sin lugar a dudas, también pusieron su granito (o granazo) de arena 😉

Llegada de los tres astronautas al buque Iwo Jima.
Fuente: NASA
Celebraciones en la Sala de Control mientras Lovell sale en la pantalla durante las ceremonias de recepción a bordo del Iwo Jima. En primer plano, fumando un cigarro, Eugene F. Kranz, director de la misión.
Fuente: NASA

Por cierto, no os creáis que después de semejante odisea los astronautas se tomaron unas vacaciones… ¡La siguiente fotografía fue tomada tan solo tres días después de su regreso!

Tripulación del Apollo 13 analizando la misión.
Fuente: NASA

Por supuesto, tratándose de una odisea tan digna de contar, en Hollywood no pudieron resistirse a hacer una película que, por cierto, os recomiendo encarecidamente. Apollo 13, dirigida por Ron Howard en 1995, explica los hechos ocurridos durante la misión con exhaustiva fidelidad y todo lujo de detalle.

Y hasta aquí hemos llegado… con el 13. Después de semejante aventura, ¿te atreves con el Apollo 14? 😉

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*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos, o bajo licencia CC BY-SA 3.0 en los casos especificados. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Insignia del Apollo 13: By NASA – http://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/apollo/apollo13/html/s69-60662.htmlhttp://science.ksc.nasa.gov/history/apollo/apollo-13/apollo-13.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=969578

Houston we’ve got a problem: {{Information |Description={{en|1=This is a recording of the air to ground communication from Apollo 13 following an explosion in the number 2 oxygen tank }} |Source=http://www.freeinfosociety.com/sounds/apollo13-wehaveaproblem.mp3 |Author=Nasa |

Trayectoria circumlunar seguida por el Apollo 13: By AndrewBuck – Own work. Source for figures: Apollo 13 Mission Report, p. 3-2., CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3820068

Lovell intentando descansar en la gélida nave: By Jack Swigert / NASA – File:AS13-62-8990 (21985492451).jpg, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=83176749

Secuencia de fotografías del rescate de los astronautas: NASA https://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/apollo/

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 12: Regreso a la Luna

Los Estados Unidos de América habían ganado la partida: habían conseguido poner a tres hombres sobre la superficie lunar y que regresaran a casa sanos y salvos.

El orgullo nacional estaba a salvo, al menos para ellos.

Pero, entonces, ¿qué necesidad había de volver a la Luna después de la hazaña del Apollo 11?, preguntaban algunos tras su regreso, iniciando así un intenso debate por todo el país.

La respuesta típica de qué habría sucedido si nadie hubiese vuelto a América después de Cristóbal Colón resulta bastante elocuente, pero aun así no todos los grupos políticos y sociales lo veían claro, y muchos defendían la postura de que el gobierno debía utilizar los millones de dólares para proyectos de otro tipo.

En cualquier caso, el tiempo ha demostrado que sí vale la pena volver. De hecho, ya hay programas en marcha que planean establecer bases lunares con el objetivo, entre otros, de ir posteriormente a Marte y más allá. Así que parece que todavía quedaba -y queda- mucho por descubrir.

Sin embargo, eso ya es otra historia que quizás algún día contemos. Por lo tanto, ¡volvemos a los Apollo!

Insignia Apollo 12
Fuente*: Wikipedia

Vamos al grano. Charles Pete Conrad, Jr. (comandante), Richard Francis Gordon , Jr. (piloto del CM), y Alan LaVern Bean (piloto del LM) fueron las tres personas que protagonizaron esta segunda misión a la Luna, despegando de la Tierra el día 14 de noviembre de 1969 a bordo del Módulo de mando (CM) bautizado como Yankee Clipper, y alunizando el 19 de noviembre con el Módulo Lunar (LM) Intrepid, en el Océano de las Tormentas.

Tripulación del Apollo 12
De izquierda a derecha: Conrad, Gordon y Bean
Fuente*: Wikipedia

La verdad es que el destino tiene a veces unas cosas… No me digáis que no es curioso que el lugar de alunizaje se llamara precisamente así, y que diera la casualidad de que hubiese tormenta el día del lanzamiento; y no solo eso, sino que, a los 36 y a los 52 segundos de haber despegado, el cohete fuese alcanzado por sendos rayos que causaron algunos problemas en los sistemas eléctricos de la nave, haciendo saltar casi todas las alarmas luminosas del panel de control, y dejando fuera de juego ciertas funciones del CSM como la telemetría, algunos indicadores, y tres de sus células de combustible.

Lanzamiento del Apollo 12
Fuente: NASA

Para ilustrar un poco el momento, aquí tenéis el audio del lanzamiento.

Audio del lanzamiento del Apollo 12
Fuente: NASA

En el mismo enlace de la fuente del audio, encontraréis la transcripción de todas las comunicaciones, algunas fotos y más audios, por si a alguien le hace ilusión seguir las comunicaciones de toda misión al completo.

A mí, lo que me hace alucina del audio que os he puesto es que les caen dos rayos en el cohete y se les disparan todas las alarmas pero ahí nadie se altera ni se pone nervioso ni nada parecido. ¡Eso sí que es tener horchata en las venas! ¡Les «parte un rayo» dos veces y ellos siguen adelante como si tal cosa! o_O

No obstante, justo antes de ponerse definitivamente en camino hacia la Luna, mientras orbitaban alrededor de la Tierra, revisaron todo lo revisable para comprobar que las cosas estuvieran en orden. Y digo todo lo revisable, porque había mecanismos que no se podían chequear, como por ejemplo el circuito responsable de la apertura de los paracaídas que tendrían que utilizar en el amerizaje, de vuelta a casa; en el control de Tierra, los ingenieros temieron que se hubiese podido estropear, pero decidieron no decirles nada a los tres astronautas, para no asustarlos inútilmente… (¡Qué horror!)

Bueno, por fortuna todo funcionó bien, incluso el alunizaje, ya que los problemas que tuvieron en el Apollo 11 durante el descenso a la superficie lunar ya habían sido resueltos, como podéis ver en este vídeo a partir del minuto 15:35 🙂

Mirando la lista de código original del Apollo 12 (y la corrección de 1202)
Fuente: CuriousMarc

Sin más incidencias durante el viaje, y ya sobre la superficie lunar,  Conrad y Bean llevaron a cabo dos EVAs (actividades extravehiculares). En la primera de ellas, al bajar la escalerilla para pisar la Luna, Conrad dijo en tono jocoso «¡Uau! Tal vez este fuera un pequeño paso para Neil (Armstrong), pero para mí es largo», ya que Armstrong era un poco más alto que él 😉

Bromas aparte, habían ido allí para trabajar durante un buen rato. En concreto, esta primera EVA duró 3 horas y 39 minutos para el comandante, y 2 horas y 58 minutos para el piloto del LM, durante las cuales, después de una primera toma de contacto con el entorno, se pusieron manos a la obra: colocaron sobre un trípode una cámara de TV en color -que se estropeó porque apuntó al sol accidentalmente-, recogieron muestras de rocas, y montaron el ALSEP (Apollo Lunar Surface Experiments Package), cuyos instrumentos, que enumero a continuación, habían sido diseñados para la realización de experimentos a largo plazo:

  • Sismógrafo pasivo
  • Sismógrafo activo
  • Magnetómetro de superficie
  • Espectrómetro de viento solar
  • Detector de iones supertérmicos
  • Medidor de la densidad de la atmósfera lunar
  • Medidor del flujo de calor bajo la superficie lunar
  • Detector de polvo lunar

Todos estos aparatos iban metidos en dos paquetes alojados en el módulo de descenso del LM; en total pesaban unos 81 Kg terrestres (que en la Luna son solo 13 aprox.), y eran complementados por otros tres elementos: un generador a base de plutonio que los astronautas debían insertar a mano en el ALSEP antes de ponerlo en marcha, un retrorreflector láser, y un dispositivo denominado SWCE que servía para determinar la composición del viento solar.

Los aparatos fueron transportados por los astronautas hasta el lugar en que debían montarlos, a una distancia prudencial del Intrepid, para que no se viesen afectados por el despegue. Una vez colocados, todos ellos funcionaron correctamente, excepto el Medidor de densidad de la atmósfera lunar, que se estropeó al cabo de 14 horas.

El montaje conllevaba trabajo, teniendo en cuenta, además, que se trataba de tareas de precisión… Por este motivo los astronautas pasaban meses entrenando para las misiones, y ensayando una y otra vez, con pelos y señales, todas y cada una de las actividades que debían realizar, desde desplegar y poner en marcha el ALSEP hasta fotografiar las muestras.

Izq.-dcha.: Conrad y Bean entrenando para el registro fotográfico de muestras.
Fuente: NASA

Después de esa primera EVA, los dos astronautas volvieron al Intrepid para guardar las muestras que habían recogido, recargar sus sistemas de soporte vital, comer, y dormir unas cinco horas, pues les quedaba la parte más dura de la misión: una segunda actividad extravehicular, mucho más ambiciosa que la anterior, que duraría 3 horas y 48 minutos. En esta ocasión, deberían recorrer a pie un total de 1.585 metros, llegando a alejarse del LM casi 400; algo absolutamente extraordinario para tratarse tan solo de la segunda estancia en la Luna de la historia…

Mapa del recorrido de la tripulación del Apollo 12 por la superficie lunar.
Están marcados las horas a las que pasaron por cada punto.
Fuente: NASA
Lugar de alunizaje del Apollo 12, fotografiado por el LRO en 2011. Se aprecia claramente el rastro dejado por los astronautas en su verdadero recorrido.
Fuente*: Wikipedia

Durante este largo paseo, Conrad y Bean fueron inspeccionando el terreno por el que pasaban, comunicándose con los geólogos que les escuchaban desde el control de Tierra, de manera que estos les podían aconsejar sobre qué rocas recoger. También se acercaron al Surveyor 3, que había llegado a la Luna dos años y medio antes, para fotografiarlo y retirar algunas de sus piezas -entre ellas, la cámara de TV- con la finalidad de llevarlas de vuelta a la Tierra, y que pudiesen ser estudiados los efectos de una estancia larga en la superficie de nuestro satélite.

Conrad examinando el Surveyor 3. Al fondo, el Intrepid.
Fuente: NASA

Al comentar esto último, no se puede dejar de explicar la historia de la bacteria que encontraron, ya en el laboratorio de la NASA, al analizar la cámara del Surveyor; concretamente, se trataba de un Streptococcus mitis, una bacteria anaerobia que vive en la boca de los seres humanos. En un principio, se sostuvo la teoría de que el microorganismo había viajado en la cámara (que no había sido esterilizada previamente) desde la Tierra, y sobrevivido durante dos años y medio en la Luna, pero los últimos informes al respecto concluían que lo más probable era que la máquina se hubiese contaminado accidentalmente cuando regresó a la Tierra o, incluso, durante el viaje de vuelta del Apollo 12.

Después de la «pequeña» aventura del paseo lunar, los dos astronautas regresaron al Intrepid, donde permanecieron seis horas más para deshacerse de sus trajes, comer algo, descansar un poco, y disponerlo todo para el regreso a la órbita lunar, donde se reunirían de nuevo con su compañero Gordon. Este último había permanecido solo en el CM durante las más de 31 horas que pasaron desde que Bean y Conrad se separaran de él, y empleó el tiempo en tomar imágenes multiespectrales de la superficie del satélite.

Tras el ensamblaje del LM con el CM, que fue televisado, los tres astronautas y el material recogido en la Luna se introdujeron en el Yankee Clipper para emprender la vuelta  a casa. Antes del regreso lanzaron la fase de ascenso del Intrepid contra la superficie lunar con la finalidad de causar un movimiento sísmico que sería analizado por el Sismógrafo activo, y que duró más de una hora.

Finalmente, el día 24 de Noviembre, a las 20:58 UTC, la tripulación amerizó sana y salva en el Océano Pacífico a bordo de esa pequeña cápsula que los había acogido durante todo el viaje, la única parte de la inmensísima nave con la que partieron cinco días antes. Por cierto, los paracaídas sí que funcionaron a pesar de los rayos 🙂

CM del Apollo 12 a punto de amerizar.
Fuente: NASA
El USS Hornet al rescate del CM del Apollo 12 en el Pacífico.
Fuente: NASA

Y hasta aquí la aventura del Apollo 12. Si esta os ha gustado, no os podéis perder la del Apollo 13, que es verdaderamente sobrecogedora 😉

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*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Insignia Apollo 12: By NASA – http://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/apollo/apollo12/html/s69-52336.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=52337586

Tripulación del Apollo 12: By NASA – http://grin.hq.nasa.gov/ABSTRACTS/GPN-2000-001165.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=426742

Esquema del ALSEP: By Apollo_12_ALSEP.jpg: Original uploader was Andy120290 at en.wikipediaderivative work: McSush (talk) – Apollo_12_ALSEP.jpg, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7281635

Lugar de alunizaje del Apollo 12 fotografiado por el LRO: By National Aeronautics and Space Administration – NASA, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16367644

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 11: Dejando huella

One small step (Un pequeño paso)
(imagen de archivo vs. imagen parcialmente restaurada)
Fuente: NASA Johnson

El 21 de julio de 1969, a las 02:56:15 UTC, casi 600 millones de personas de todo el mundo estaban pendientes de sus televisores para presenciar, en directo, estas sobrecogedoras imágenes históricas: por primera vez, un hombre posaba sus pies sobre la superficie de otro cuerpo celeste, y resumía en una sola frase el alcance de este hecho tan cargado de simbolismo.

Un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la humanidad

Neil Armstrong
La tripulación del Apollo 11 descansando durante un entrenamiento
Izq.-dcha.: Aldrin, Armstrong, Collins
Fuente: NASA

Sin embargo, a estas alturas, y después de haber leído la historia previa al Apollo 11 a lo largo de las entradas anteriores de Caminantes del Cielo, ya sabemos que detrás ese «pequeño paso», hubo miles de personas que dieron sus propios pasitos para que este sueño se hiciera realidad.

Neil Alden Armstrong (comandante de la misión), Edwin Buzz Eugene Aldrin (piloto del LM) y Michael Collins (piloto del CM), los tres tripulantes de la legendaria nave, eran conscientes de ello, y así lo quisieron hacer constar cuando decidieron no inscribir sus propios  nombres en la insignia de la misión.

Insignia del Apollo 11
Fuente*: Wikipedia

Y ya que estamos hablando de la insignia, comentaré un par de curiosidades al respecto antes de seguir con la historia.

El águila representa a los EEUU, y porta una rama de olivo como símbolo de paz, aunque en el diseño original lo llevaba en el pico, y lo cambiaron para que las garras no quedaran en una postura que podría haber parecido agresiva. Por cierto, el ave dio nombre al Módulo Lunar (LM), Eagle (Águila), mientras que el Módulo de Mando (CM) fue nombrado Columbia en honor al ficticio cañón gigante de lanzamiento Columbiad, de la novela De la Tierra a la Luna, de Jules Verne.

Pero rebobinemos un poco. Empecemos la historia por el principio. En primer lugar, preparémonos, como hicieron los astronautas.

Un «poco» de entrenamiento…

Aldrin se entrena en un avión para simular baja gravedad
Fuente: NASA

La indumentaria adecuada…

Y, ahora sí, veamos cómo, cuatro días antes, los tres astronautas despegaban desde el Centro Espacial John F. Kennedy, impulsados por el Saturn V que llevaban a sus espaldas, dejando con el corazón en un puño a millones de personas del mundo entero, durante los ocho días que duraría la misión.

Y digo que todos se quedaban en vilo porque, aunque supuestamente las cosas debían funcionar bien, y lo previsto era que los tres hombres volvieran a la Tierra sanos y salvos, el presidente Nixon tenía preparado un discurso para pronunciar en caso de que se quedaran atrapados en la Luna…

Lanzamiento del Apollo 11
Fuente*: Ligths in the dark

Estas imágenes tenían lugar el día 16 de julio de 1969 a las 13:32 UTC. Tan solo 12 minutos más tarde la nave se encontraba en órbita terrestre, y a las 16:22:13 emprendía un viaje de tres días, hacia nuestro satélite, tras recibir el último impulso del Saturn V, que según explicaron en su primera rueda de prensa los astronautas, funcionó a la perfección, muy suavemente.

El «pequeño crucero» Tierra – Luna, transcurrió sin problemas, y la nave entró en órbita lunar tal como estaba planeado. Después de 30 órbitas, durante las cuales los astronautas se dedicaron a observar la superficie del satélite en general y el lugar de alunizaje en particular -el Mar de la Tranquilidad-, llegó uno de los momentos más cruciales: la separación del CM y el LM, y posteriormente el descenso y aterrizaje del Eagle.

Aunque siempre parece que los protagonistas de la misión durante las horas que siguieron fueron Armstrong y Aldrin, hay que tener muy en cuenta el importante papel de Collins, que era una pieza imprescindible en la misión ya que de él dependía en buena parte, y entre otras muchas cosas, la vuelta a casa.

En la maniobra de desensamblaje, Michael tenía que estar pendiente de pilotar el CM, tomar fotografías desde dos ventanillas distintas e inspeccionar visualmente el aspecto externo del LM. Todo a la vez. Después, mientras sus dos compañeros tenían el privilegio de pasear por la Luna, él debía estar preparado en todo momento por si se producía una emergencia y el Eagle volvía antes de lo previsto.

Durante los minutos que duró la maniobra, tal como dijo el comunicador (CAPCOM) de Houston, que en este caso era Charles Duke, los ingenieros y controladores se quedaron sin respiración.

Algo iba mal: el ordenador de a bordo les indicaba que se hallaban en una posición determinada dos o tres segundos antes de que ellos la confirmasen visualmente. Un pequeño error en la secuencia de puesta en marcha de la computadora, o el desfase de posición producido al desacoplar el Eagle del Columbia, había confundido a la máquina, que disparó dos alarmas (la 1201 y la 1202) al verse sobrecargada de datos erróneos que no daba abasto a procesar.

Armstrong preguntó al control qué hacían, y la respuesta, tras analizar las alarmas y la situación, fue seguir adelante si ellos creían que podían conseguir aterrizar en modo semiautomático. Inmediatamente se anuló el programa automático y el comandante tomó el mando de la nave y la pilotó visualmente (vamos, mirando por la ventanilla para saber dónde estaba), mientras Buzz le iba diciendo en voz alta los datos que mostraba el ordenador.

Huelga decir que se trataba de una operación sumamente delicada, en la cual los dos hombres se jugaban la vida, pues si aterrizaban sobre una zona cercana de relieve ligeramente accidentado, la nave se habría desestabilizado provocando una catástrofe.

Apollo 11: The complete descent
Fuente: NASA

A pesar de todas aquellas dificultades, que habrían acabado con los nervios de cualquiera, los astronautas refirieron más tarde que habían vivido la maniobra sencillamente como un momento de intenso trabajo, y como algo que entraba dentro de lo posible pero que duró un poco más de lo previsto. De hecho, cuando el Eagle se posó sobre la Luna, quedando tan solo combustible para 25 segundos, Armstrong todavía tuvo el humor de cambiar la frase ensayada para anunciar su aterrizaje, que tendría que haber sido «Houston, aquí el Eagle. Hemos aterrizado»:

Neil: Houston, aquí Base Tranquilidad. El Eagle ha aterrizado.

CAPCOM: Tranquilidad, copiamos que habéis aterrizado. Tenéis aquí un montón de personas a punto de ponerse azules. Volvemos a respirar otra vez. Muchas gracias.

NASA
Controladores de vuelo durante el descenso del LM
Izq.-dcha.: Charles DukeJames Lovell y Fred Haise
Fuente: NASA

Eran las 20:17:40 UTC del día 20 de julio. A partir de ese momento, Neil y Buzz tenían seis horas y media por delante para limpiar el LM de restos de envoltorios de comida y demás, disponer la nave para un supuesto despegue de emergencia que habría tenido lugar al cabo de dos horas, en caso de ser necesario -coincidiendo con la primera vuelta completa de Collins y el Columbia-, y preparar la actividad extravehicular (EVA), es decir, la excursión por la Luna.

Y ahora, antes de seguir, haremos nosotros también un pequeño intermedio, igual que hicieron ellos, para que os hagáis una idea de dónde viajaban y vivían los astronautas durante el vuelo hasta el satélite. Para ello, os recomiendo que echéis un vistazo a este enlace, en el que podréis ver con detalle y con efecto 3D, el interior del CM. Además, si os fijáis bien, descubriréis que en determinados puntos de las paredes hay anotaciones hechas a mano por los astronautas, cuyo significado se analiza aquí. Es que, lo que no esté en Internet…

Pues bien, ahora que ya hemos entrado en situación sobre la acogedora nave-vivienda, estamos en disposición de seguir con el curso de la misión.

Una vez embutidos los astronautas en sus trajes, con sus sistemas de soporte vital operativos, el LM fue despresurizado, Armstrong abrió la escotilla, e inició aquel histórico descenso por la escalerilla, tal como hemos visto en el vídeo del principio, hasta posar su pie izquierdo sobre la polvorienta superficie lunar.

Al cabo de tan solo siete minutos de haber tocado la superficie, el comandante tomó una pequeña muestra del suelo y la introdujo en una bolsa que metió en un bolsillo de su traje, para asegurarse, en caso de tener que abandonar la actividad por una emergencia, de llevarse al menos aquella pequeña muestra de material. Enseguida le siguió Aldrin, y pronto estaban los dos trabajando en las siete tareas principales que tenían encomendadas:

  • Montar una cámara de TV para grabar toda la actividad desde la superficie y retransmitirla a la Tierra.
  • Recoger unos 22 Kg de rocas lunares.
Rocas del segundo contenedor de muestras del Apollo 11
Fuente: NASA
  • Colocar el Laser Ranging Retro Reflectorque serviría para realizar mediciones precisas de la distancia Tierra – Luna, y al que, por cierto, hacen referencia en un episodio de la serie The Big Bang Theory 😀
  • Instalar el Passive Seismic Experimentcuyo cometido sería detectar movimientos sísmicos en la superficie del satélite, incluidos los producidos por meteoritos que cayesen.
  • Montar el Solar Wind Experiment, que recogería partículas del viento solar.
  • Plantar la bandera de los EEUU, especialmente diseñada para la ocasión, que después se caería al ser empujada por la propulsión del LM al despegar.
  • Hacer fotografías.
Huella del Apollo 11
Fuente: NASA

He incluido la toma de imágenes dentro de las tareas porque, aunque pueda parecer algo banal, no lo era en absoluto. Todas esas fotos, junto con los registros de voz y de vídeo, después servirían como documento de referencia a la hora de revisar y mejorar distintos aspectos de cara a misiones futuras, sin olvidar que algunas, en sí mismas, constituían datos importantes, como por ejemplo esta que veis aarriba, cuyo interés radica en el hecho de que la Luna tiene un polvo tan fino -llamado regolito– cubriendo toda su superficie, que todas las huellas quedaban marcadas con precisión extrema.

Para no alargarme demasiado, no me pararé a dar más detalles sobre los pormenores de cada uno de los experimentos y actividades, que podéis consultar en los enlaces que he puesto. En lugar de eso, os explico alguna anécdota y comentarios curiosos de los dos astronautas sobre la experiencia.

Cuando salieron del LM, enseguida se acostumbraron a la gravedad lunar, que es una sexta parte de la terrestre, y de hecho comentaron que les resultaba más cómodo moverse allí que en los entrenamientos y simulaciones que habían realizado en la Tierra. Sin embargo notaron que, mientras en nuestro planeta nos basta con anticipar nuestra vista un par de pasos por delante de donde caminamos, en la Luna era necesario prever cuatro o cinco, debido a que el terreno era muy irregular y bastante resbaladizo. Por este motivo Neil y Buzz recomendaron para próximas misiones que se incluyese en el horario un cuarto de hora o diez minutos de adaptación antes de empezar con las actividades propiamente dichas.

En el momento de colocar la cámara de TV, a Aldrin se le enrolló el cable en el pie en un par de ocasiones, y necesitó ayuda de Armstrong para desenrollárselo sin caerse. En situaciones como esa ambos hombres apreciaron la importancia de ser dos.

Durante la EVA, Nixon habló con los dos astronautas desde el Despacho Oval, y calificó aquella conversación como la «llamada telefónica más importante jamás realizada». El presidente tenía preparado un largo discurso para la ocasión, pero el representante de la NASA en la Casa Blanca le recomendó encarecidamente que fuese breve para no retrasar demasiado a los dos hombres en los objetivos que tenían marcados. Y tenía razón en su consejo.

Armstrong y Aldrin durante la llamada de Nixon
Fuente: NASA

Aun con todo, el tiempo que tenían Neil y Buzz para realizar todas aquellas tareas se hizo corto. El hecho de tenerse que adaptar al terreno y a las condiciones del satélite, hizo que algunas actividades durasen más de lo previsto, y se vieron obligados a pedir una prórroga a Houston. Después de estudiar la petición, el control les concedió 15 minutos más para poder finalizar los experimentos sin arriesgar sus vidas, de manera que estuvieron fuera del LM dos horas y media.

Sala de control de operaciones de la misión durante la EVA del Apollo 11
Fuente: NASA

Después de dos horas y media paseando por la Luna y trabajando duramente, había llegado el momento de volver a su pequeño refugio, no sin antes dejar sobre la superficie una bolsa con una serie de objetos simbólicos en representación de los cosmonautas rusos, y en recuerdo de los astronautas fallecidos del Apollo 1, así como un disco con mensajes de paz de varios países de la Tierra, y una rama de olivo de oro.

Cuando partieron, en la escalerilla de la fase de descenso del LM, también quedó la placa que podéis ver en la foto , con el siguiente mensaje grabado:

Aquí, unos hombres procedentes del planeta Tierra pisaron por primera vez la Luna en julio de 1969 d.C. Vinimos en paz, en nombre de toda la humanidad.

Placa en la escalerilla del Eagle
Fuente*: Wikipedia

Sin embargo, no todo iba a ser tan fácil, y la cosa más tonta que nos podamos imaginar, produjo uno de los instantes más tensos de la misión, al menos si hay que hacer caso a los registros de frecuencia cardíaca de Aldrin. En el momento en que el piloto del LM iba a entrar en la nave, tuvo una serie de dificultades porque no cabía bien por la escotilla. Dicho así no parece tan grave, ¿no? Pero si nos paramos a pensar en la situación, ya con poco oxígeno y energía en el sistema de soporte vital, con prisa por entrar, agotado después del exhaustivo trabajo y de muchas horas sin dormir… Pienso que se hace fácil comprender la angustia momentánea del astronauta. Afortunadamente todo acabó bien, y enseguida estaban los dos dentro del LM, que volvieron a presurizar para poder quitarse los trajes.

Muchas veces digo que una imagen vale más que mil palabras, y creo que esta de Neil, tomada después de la EVA, es de lo más elocuente. A mí, personalmente, me encanta su cara de felicidad, de satisfacción -y también de «agotamiento sano», como yo lo llamo-. Y es que durante la rueda de prensa que he citado antes, los dos astronautas se declararon «culpables» de haber disfrutado durante el tiempo que permanecieron fuera del Eagle, hasta el punto de sentirse como niños de cinco años en una tienda de golosinas. Desde luego tuvo que ser una experiencia alucinante. ¿O alunizante? 😉

Armstrong en el LM después del histórico paseo lunar
Fuente: NASA

Pero todo lo bueno se acaba, y tocaba ya intentar descansar un poco, aunque con no mucho éxito, pues hacía frío en el LM y no encontraban una buena postura para dormir.

Instrucciones para el despegue del Eagle pegadas en el panel de mandos
Fuente: NASA

Así que se dedicaron a recogerlo todo, y revisar los procedimientos que deberían seguir, y que tenían colgados de una pared, como veis en la foto de la izquierda, para después volver a despegar y reunirse con Collins en el Columbia.

En ello estaban cuando Aldrin, accidentalmente, rompió la palanca del interruptor automático que servía para poner en marcha el motor de la fase de ascenso del LM. No me puedo ni imaginar la sensación de «Tierra -o más bien Luna-, trágame» que debió de sentir el pobre hombre al ver lo que había roto, y la cara con que se lo diría a su compañero y a los de Houston…

Al incidente le sucedieron unos segundos de consternación, flotando la terrible idea en la mente de todos de que podían llegar a quedarse colgados en la Luna. Pero afortunadamente la inesperada solución vino de la mano de un rotulador que corría por allí, y que encajó perfectamente en la ranura del interruptor, pudiendo así accionar el sistema sin problemas. Hay que decir además, que si no hubiese sido así, todavía habría cabido la posibilidad de reconfigurar los circuitos eléctricos del LM para ponerlo en marcha.

Al cabo de poco rato de iniciar el despegue, el Columbia y la fase de ascenso del Eagle se acoplaban de nuevo sin problemas. Collins recordaría más tarde que el momento en que vio aproximarse al LM con sus compañeros dentro, constituyó uno de los instantes más felices de la misión, ya que tuvo la sensación de estar ya prácticamente en casa al ir a reunirse con ellos, a pesar de la larga distancia que les separaba de la Tierra.

Fase de ascenso del LM fotografiada desde el CM durante la maniobra del ensamblaje (LOR)
Fuente: NASA

El regreso de la Luna a la Tierra transcurrió casi sin incidentes -enseguida os explico lo del «casi»-, y la noche del 23 de Julio, durante la última retransmisión de TV que realizaron desde el espacio, los tres astronautas hacían público su inmenso agradecimiento y reconocimiento hacia todas las personas que habían puesto todo su empeño, energía y habilidades al servicio del Programa Apollo, haciendo referencia incluso a la voluntad de todas las personas de su país, y a todas las de cualquier otra parte del mundo que estuvieran escuchándoles y viendo. Collins dijo, además, que para ellos aquella misión permanecería como «un símbolo de la insaciable curiosidad de toda la humanidad por explorar lo desconocido».

Ahí va lo del «casi» que comentaba. No os lo perdáis porque tiene su gracia, sobretodo si tenéis niños a quienes podérselo explicar.

Las últimas comunicaciones con el Columbia se podían realizar únicamente a través de una antena situada en la Estación de Rastreo de Guam. Pero resultó que, en el último momento, un cojinete del sistema de rotación de la antena falló, impidiendo que esta se pudiese mover para mantener las transmisiones. Reparar el mecanismo habría requerido desmontar toda la maquinaria, cosa que era imposible porque no disponían de tanto tiempo. Así que el director de la estación, Charles Force, tuvo la genial idea de que tal vez engrasando más el cojinete roto, el artilugio podría seguir girando provisionalmente. Mas, ¡ay!, nadie en la estación tenía una mano tan pequeña como para poderla introducir en la ranura por la que se accedería a la pieza. Solo un niño sería capaz. ¿Un niño?… ¡su hijo de 10 años!

Sin perder un instante, Force fue a buscar a su hijo Greg y lo llevó de inmediato a la estación para que, con sus pequeños dedos, aplicase una buena cantidad de grasa sobre el cojinete. El apaño sirvió a las mil maravillas, y la antena volvió a funcionar sin problemas, haciendo posibles de nuevo las comunicaciones con la tripulación del Columbia, que posteriormente visitaría al pequeño para agradecerle su importante colaboración. En este enlace podéis leer la historia y en el siguiente audio podéis escuchar el registro sonoro al respecto grabado por un técnico del control de la misión.

Fuente: NASA

Lo que quedaba de misión ya fue coser y cantar.

El Columbia amerizó en el Océano Pacífico el día 24 de Julio, y los tres astronautas fueron transportados, embutidos en unos trajes de aislamiento biológico, hasta el portaaviones USS Hornetdonde fueron confinados en una cabina de cuarentena móvil, desde la cual recibieron la visita de Nixon y, más tarde, de sus esposas. Este cubículo les sirvió de medio de transporte hasta el Área de Acogida de Tripulación en el Laboratorio de Recepción Lunar del Centro Espacial Lyndon B. Johnson, donde permanecieron 21 días en prevención de una improbabilísima -y ahora sabemos que imposible- contaminación biológica procedente de la Luna.

Yo no sé, pero si hubiese sido ellos, creo que me habría subido por las paredes de la dichosa cabina. Salir de una estancia de ocho días en la lata de sardinas que eran el CM y el LM, y meterse en otra… Pero bueno, era su trabajo y acababan de protagonizar una de las mayores aventuras de la Humanidad.

Apollo 11 introduction
Fuente: NASA Johnson

Lo que siguió a la cuarentena os lo podéis imaginar: festejos varios, visitas de cortesía, actos sociales, ruedas de prensa… Pero eso ya no es harina de este costal, así que, como dijo Armstrong antes de cortar las comunicaciones con Tierra la noche del 23 de julio, «Buenas noches desde el Apollo 11».

¡La aventura continúa en Apollo 12: regreso a la Luna!

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*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Despegue del Apollo 11: NASA

Insignia del Apollo 11: By NASA – http://history.nasa.gov/apollo_patches.html (direct link), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1049515

Placa en la escalerilla del Eagle: Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=517980

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 9 y Apollo 10: Últimos preparativos

Apollo 9

Después del éxito del Apollo 8, solo quedaban unos pocos detalles que ensayar para, por fin, cumplir con el objetivo de «llevar a un hombre a la Luna y traerlo de vuelta sano y salvo».

Scott realizando una actividad extravehicular (EVA) desde el CSM, visto desde el LM acoplado
Fuente*: Wikipedia

El Apollo 9, lanzado el 3 de marzo de 1969, con los astronautas James Jim Alton McDivittDavid Randolph Scott, y Russell Louis Rusty Schweickart a bordo, realizó durante los diez días que estuvo en órbita terrestre algunas de esas comprobaciones, absolutamente imprescindibles para la culminación del programa:

  • Práctica, por primera y segunda vez, de separación y ensamblaje entre un verdadero LM y un CSM, delicada maniobra de importancia crítica en cualquier misión lunar, ya que de ella dependía  tanto la posibilidad de alunizaje como el regreso de los astronautas a la Tierra.
  • Utilización, por primera vez, de las mochilas de soporte vital en dos EVAs (actividades extravehiculares), que hasta el momento se realizaban con los astronautas unidos a la nave mediante un llamado «cordón umbilical» que les suministraba el oxígeno. El nuevo diseño de traje espacial, sin cordón pero con mochila de soporte vital, permitiría a los astronautas la libertad necesaria para desplazarse de forma autónoma por la superficie lunar.
  • Comprobación del correcto funcionamiento de las dos fases del LM, realizando un vuelo separadas del CSM, en el que se utilizaron los motores de la fase de descenso para alejarse de él, y los de la fase de ascenso para volver a acercarse, previo desensamblaje de ambas partes del módulo.
  • Manejo de los sistemas de navegación.

Como curiosidad, comentar que a partir de esta misión, a la tripulación se le permitió poner nombre al LM y al CSM, que en esta ocasión se llamaron Spider el primero, y Gumdrop el segundo.

Apollo 10

Insignia del Apollo 10
Fuente*: Wikipedia

Eugen A. Cernan, Thomas P. Stafford y John W. Young fueron los tres protagonistas de esta misión, y concretamente los dos primeros se convirtieron en las personas que más cerca habían estado hasta el momento de nuestro satélite… No me puedo ni imaginar la sensación de tenerlo tan cerca y no poder bajar hasta tocar la superficie. ¡Se les debieron de poner unos dientes largos, largos!

LM del Apollo 10 sobrevolando la Luna
Fuente*: Wikipedia
Réplicas de Snoopy y Charlie Brown decoran la consola del Control de la misión.
Fuente: NASA

Cuando les tocó el turno de viajar a estos hombres, ya solo quedaba una cosa por probar para asegurar el éxito del Apollo 11: el funcionamiento del LM en órbita lunar. Así que allá fueron ellos, con su Snoopy  -LM, que fue nombrado así porque su cometido era «curiosear» (to snoop en inglés)- y su Charlie Brown -CSM-, a acabar de abrir camino, llegando a descender hasta una distancia de tan solo 15’6 Km de la Luna, sobrevolando el Mar de la Tranquilidad, que sería el lugar del próximo alunizaje.

Como curiosidad, tal como se explica en este enlace, cabe añadir que en junio de 2019 la Royal Astronomical Society publicó la noticia de que creen haber dado con Snoopy (el LM, no el personaje 😉) en el espacio.

Tripulación Apollo 10
Cernan, Young, Stafford
Fuente*: Wikipedia

Y volviendo a 1969, la especie de ensayo general que constituyó el Apollo 10, funcionó estupendamente, encontrándose tan solo con un momento de especial tensión, cuando el Snoopy empezó a girar descontroladamente durante el regreso al CM, debido a un error al introducir algunos datos en el ordenador.

Por cierto, es obligado comentar que los simpáticos personajes creados por Schulz, que dieron nombre a las naves, se convirtieron en las mascotas de la misión, hasta el punto de que los astronautas se llevaron una imagen del famoso can, y que el autor de las tiras dedicó unas cuantas de ellas al Apollo 10 😀

Un toque de suerte
Fuente: NASA

Cerramos el post con esta entrañable imagen en la que Stafford tocaba la nariz del Snoopy para que este les diera suerte en la misión. En el próximo post, Apollo 11. Dejando huella, por fin, ¡pisaremos la Luna!

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*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Scott realizando una EVA desde el CM, visto desde el LEM acoplado: By NASA / Russell L. Schweickart – Apollo archive (search by alternate ID number), Archive.org, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6449726

Insignia del Apollo 9: By NASA – http://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/apollo/apollo9/html/s69-18569.htmlhttp://science.ksc.nasa.gov/history/apollo/apollo-9/apollo-9.html (direct link), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1049480

Tripulación del Apollo 9: By NASA – Archive.org, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=96200

Insignia del Apollo 10: By NASA – http://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/apollo/apollo10/html/s69-31959.htmlhttp://science.ksc.nasa.gov/history/apollo/apollo-10/apollo-10.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=621921

LM del Apollo 10 sobrevolando la Luna: Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2327152

Tripulación Apollo 10: By NASA – Great Images in NASA Description, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6452452

El Programa Apollo: Un gran salto. Apollo 8: Descubriendo la Tierra

¿Conocéis esta emblemática y sobrecogedora imagen?

Earthrise (Salida de la Tierra)
Fuente: NASA

En efecto, se trata de la Tierra «saliendo» por el horizonte lunar. Un espectáculo único, nunca visto anteriormente por ojos humanos, que pudieron contemplar y fotografiar los tres tripulantes del épico viaje del Apollo 8 mientras orbitaban alrededor de nuestro satélite, el día de Nochebuena de hace más de 50 años (24 de diciembre de 1968 a las 16:39 UT).

Hace cinco años, para conmemorar el 45 aniversario, la NASA publicó el vídeo de aquí abajo, que os recomiendo que veáis, en el que podréis escuchar a los emocionados astronautas en el momento de descubrir semejante imagen por la ventanilla del CM, y ver cómo y dónde estaba colocada la nave en cada momento, con las conversaciones y las fotografías reales superpuestas en la simulación. A mí personalmente, que tengo especial debilidad por esta misión, me ha emocionado el momento en el que descubren nuestro planeta allí, apareciendo desde detrás de la Luna.

NASA | Earthrise: The 45th Anniversary

Pues bien, fruto de una casualidad, que en un primer momento pudo haber sido vista como un problema, fueron estos tres hombres de la foto, Frank Frederick Borman (comandante), James Jim Arthur Lovell, Jr. (piloto del CM), y William Alison Anders (piloto del LM y autor de la famosa Earthrise), los que tuvieron la suerte de hacer esa fotografía y de convertirse, por sorpresa, en las primeras personas que vieron y fotografiaron nuestro planeta entero desde el espacio, así como la cara oculta de la Luna, y también fueron los primeros en viajar con un Saturn V, formando parte de la que ha sido definida por algunos como la misión más importante de todo el programa Apollo. Además ostentan el honor de seguir siendo los seres humanos que más lejos de la Tierra han llegado: 377.349 Km.

Tripulación del Apollo 8 en el simulador del KSC
De izquierda a derecha: Lovell, Anders y Borman
Fuente*: Wikipedia

Todo ello fue posible, curiosamente, gracias a un imprevisto: el LM que tendría que haber llevado originalmente la misión, no iba a estar listo. Este contratiempo, unido a la sospecha de que los rusos planeaban una misión circumlunar en breve, produjo un cambio radical en los objetivos planificados inicialmente para el Apollo 8, transformando lo que habría sido una prueba en órbita terrestre con el LM, en un viaje a nuestro satélite, sin alunizaje, pero completando diez vueltas a su alrededor, durante las cuales se tomaron 700 fotografías de su superficie, facilitando así el camino para posteriores misiones.

El cambio de planes comportó también un cambio de tripulación, siendo finalmente los astronautas ya nombrados los que ocuparon el Apollo 8, ya que Lovell y Borman eran los que más horas de vuelo previas tenían de todos, mientras que los que habrían ido si la misión hubiese seguido su curso previsto –James McDivittDavid Scott y Russell Schweickart-, lo hicieron en el Apollo 9.

A mí me gusta imaginar el revuelo que debió suponer aquel cambio inesperado, que además también conllevó que adelantasen dos meses la fecha de lanzamiento, de manera que el Apollo 8 despegó el 21 de diciembre de 1968, haciendo así más posible que se cumpliese el objetivo marcado por Kennedy de llegar a la Luna antes de finalizar la década de los 60.

Insignia del Apollo 8
Fuente*: Wikipedia

El hecho de que la insignia de la misión fuese diseñada en primera instancia por el mismo Jim Lovell, poco después de ser informado de este cambio,  me hace pensar en la emoción que debió de sentir ante la noticia…

Sin embargo, a pesar de lo emocionante de la misión, y de todas sus ventajas, había un inconveniente importante que resolver: la única vez que se había probado el Saturn V, en el Apollo 4, la primera fase había tenido problemas con la vibración producida por el propio cohete, y la tercera fase había presentado fallos en el encendido que teóricamente tendría que dar el impulso para llegar a la Luna. Estos dos hechos representaban graves obstáculos, ya que podían provocar que la trayectoria de la nave se desviara, poniendo en riesgo la vida de los astronautas y los objetivos de las misiones. Por este motivo se trabajó intensamente en la resolución de ambas cuestiones hasta tres días antes del lanzamiento, y esta vez la NASA no dio su visto bueno hasta que los ingenieros demostraron  que todo estaba resuelto. A pesar de todo ello, los astronautas reconocieron posteriormente que hicieron el viaje sabiendo que tenían un 50% de posibilidades de regresar con vida.

Para paliar todo aquel riesgo, cada vez que se encontraban en un momento crucial de la misión, la tripulación y el control de Tierra dedicaban mucho tiempo a comprobar que todo funcionase correctamente. Por ejemplo, una vez en órbita terrestre, antes de iniciar la «Inyección Translunar» (TLI), invirtieron más de dos horas en comprobar todo el funcionamiento de la nave, que finalmente fue perfecto, llevando a aquellos tres hombres a acercarse a la Luna más que ningún otro ser humano hasta entonces.

Cara oculta de la Luna fotografiada por el Apollo 8
Fuente*: NASA

El viaje hasta la Luna no estuvo exento de pequeños problemas, anécdotas y momentos memorables, entre los cuales caben destacar los siguientes:

  • El síndrome de adaptación espacial que sufrió Borman, con vómitos y diarreas cuyos restos tuvieron que limpiar después entre los tres tripulantes.
  • Por si tuviera lugar una pérdida de las comunicaciones con el control de la misión, uno de los astronautas debía encargarse del cálculo manual de la posición y el rumbo de la nave. En este caso el encargado de esta tarea era Lovell, y para poder hacerlo necesitaba tener una buena vista de determinadas estrellas, la Tierra y la Luna, desde una ventana. Esta tarea se vio entorpecida por la presencia de restos de material desprendido durante la separación de la tercera fase del Saturn, que dificultaron la identificación de las estrellas. Curiosamente, en el Apollo 7, los astronautas tuvieron el mismo problema pero debido a la presencia de gotitas procedentes del sistema de desagüe.
  • A pesar de que previamente se habían establecido horarios para que la tripulación durmiese por turnos, durante el viaje se comprobó que era muy difícil conciliar el sueño debido a las continuas emisiones de la radio. Esto hizo que dos de ellos tuvieran que tomar pastillas para dormir, y aun así no descansaran bien. Por ejemplo, la primera vez que Lovell consiguió conciliar el sueño durante el viaje fue 32’5 horas después de haber despegado, a lo que hay que sumar las seis horas que ya llevaba despierto previamente; es decir, que estuvo 38’5 horas seguidas sin dormir (¿Cómo podía enterarse de lo que estaba haciendo? O_o ).
  • Lovell explicaba en una entrevista de 2008 que en el momento de separarse las fases primera y segunda, debido al movimiento brusco provocado por el impulso necesario para ello, se dio un buen porrazo en la frente contra su propio casco, y pensó «parezco un novato». Pero después, una vez en órbita de la Tierra, cuando cesó el movimiento y el ruido ensordecedor producido por el cohete durante el despegue, vio que sus compañeros tenían también marcas de haber recibido unos buenos golpes como los suyos, y todos ellos se rieron de sí mismos, y se dijeron que en realidad, allí arriba todo el mundo era novato. Vamos, que encima de ir allí jugándose el pellejo, se lo tomaban con humor 😀
  • A pesar de su aparente falta de concepto del peligro, o su extraordinaria capacidad para obviarlo, los astronautas describieron posteriormente la inserción en la órbita lunar como los cuatro minutos más largos de su vida. Este era uno de los momentos más críticos de la misión, ya que transcurría mientras estaban sobre la cara oculta de la Luna, desde donde no se podían comunicar con la Tierra. Si no salía correctamente, la nave habría podido perderse en el espacio para siempre y sin remedio.
  • Una vez en órbita alrededor de nuestro satélite, los astronautas realizaron dos retransmisiones para TV. En la primera se veía -a duras penas porque la calidad de la imagen era bastante mala- a los tripulantes moviéndose por el interior del CM, y se escuchaban las comunicaciones con el control de Tierra. En la segunda, que coincidió con la Nochebuena del año 1968, Borman, Lovell y Anders enviaron un mensaje de paz para toda la humanidad, y leyeron un pasaje del Génesis mientras se aproximaban al momento de la salida del Sol desde la Luna. Momentos entrañables y emotivos desde el espacio que quedaron registrados para la posteridad y que podéis ver en esta grabación, que dicen que ha sido la de mayor audiencia a nivel mundial hasta el momento, y en la que se ve la superficie lunar a través de la ventanilla del CM.
Apollo 8’s Christmas Eve 1968 Message
  • Ya de vuelta a la Tierra, tuvo lugar otro de los momentos más peligrosos de toda la misión, provocado porque Lovell borró accidentalmente parte de los datos del ordenador de a bordo, de manera que la máquina creía que la ubicación de la nave era otra distinta a la real. Por este motivo el comandante tuvo que invertir un total de 25 minutos en recalcular manualmente la situación del CM e introducir de nuevo los datos. Este error, sin embargo, le sirvió de entrenamiento para cuando en el Apollo 13 se quedaron sin energía en la nave y tuvieron que realizar todos los cálculos a mano. Pero esa es otra historia que explicaré más adelante 😉

La tripulación del Apollo 8, aquellos tres hombres que tan duramente se entrenaron y se prepararon para ir a estudiar la Luna, a verla con sus propios ojos más cerca de lo que jamás ningún ser humano lo había hecho, acabaron sobrecogidos al contemplar nuestro planeta, nuestro hogar, desde el espacio, percibiendo e intentando transmitir a todas las personas la necesidad de que la humanidad viva en paz. Tal como dijo Anders posteriormente, habían ido a descubrir la Luna y lo que descubrieron fue la Tierra…

Tripulación del Apollo 8 en el CM
De izquerda a derecha: Anders, Lovell y Borman
Fuente*: NASA

Habían llegado muy lejos, pero todavía quedaba mucho por descubrir, empezando por las dos siguientes misiones, que encontrarás en Apollo 9 y Apollo 10: Últimos preparativos.

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*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Tripulación del Apollo 8 en el simulador de KSC: By NASA – Great Images in NASA Description, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6449791

Insignia del Apollo 8: By NASA, Jim Lovell – http://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/apollo/apollo8/html/s68-51093.htmlThis image is from 8 insignia.jpg here. It was converted to PNG from Image:Apollo-8-patch.jpg by User:Black and White., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1048573

Tripulación del Apollo 8 en el CM: NASA Goddard Space Flight Center