Los Estados Unidos de América habían ganado la partida: habían conseguido poner a tres hombres sobre la superficie lunar y que regresaran a casa sanos y salvos.

El orgullo nacional estaba a salvo, al menos para ellos.

Pero, entonces, ¿qué necesidad había de volver a la Luna después de la hazaña del Apollo 11?, preguntaban algunos tras su regreso, iniciando así un intenso debate por todo el país.

La respuesta típica de qué habría sucedido si nadie hubiese vuelto a América después de Cristóbal Colón resulta bastante elocuente, pero aun así no todos los grupos políticos y sociales lo veían claro, y muchos defendían la postura de que el gobierno debía utilizar los millones de dólares para proyectos de otro tipo.

En cualquier caso, el tiempo ha demostrado que sí vale la pena volver. De hecho, ya hay programas en marcha que planean establecer bases lunares con el objetivo, entre otros, de ir posteriormente a Marte y más allá. Así que parece que todavía quedaba -y queda- mucho por descubrir.

Sin embargo, eso ya es otra historia que quizás algún día contemos. Por lo tanto, ¡volvemos a los Apollo!

Insignia Apollo 12
Fuente*: Wikipedia

Vamos al grano. Charles Pete Conrad, Jr. (comandante), Richard Francis Gordon , Jr. (piloto del CM), y Alan LaVern Bean (piloto del LM) fueron las tres personas que protagonizaron esta segunda misión a la Luna, despegando de la Tierra el día 14 de noviembre de 1969 a bordo del Módulo de mando (CM) bautizado como Yankee Clipper, y alunizando el 19 de noviembre con el Módulo Lunar (LM) Intrepid, en el Océano de las Tormentas.

Tripulación del Apollo 12
De izquierda a derecha: Conrad, Gordon y Bean
Fuente*: Wikipedia

La verdad es que el destino tiene a veces unas cosas… No me digáis que no es curioso que el lugar de alunizaje se llamara precisamente así, y que diera la casualidad de que hubiese tormenta el día del lanzamiento; y no solo eso, sino que, a los 36 y a los 52 segundos de haber despegado, el cohete fuese alcanzado por sendos rayos que causaron algunos problemas en los sistemas eléctricos de la nave, haciendo saltar casi todas las alarmas luminosas del panel de control, y dejando fuera de juego ciertas funciones del CSM como la telemetría, algunos indicadores, y tres de sus células de combustible.

Lanzamiento del Apollo 12
Fuente: NASA

Para ilustrar un poco el momento, aquí tenéis el audio del lanzamiento.

Audio del lanzamiento del Apollo 12
Fuente: NASA

En el mismo enlace de la fuente del audio, encontraréis la transcripción de todas las comunicaciones, algunas fotos y más audios, por si a alguien le hace ilusión seguir las comunicaciones de toda misión al completo.

A mí, lo que me hace alucina del audio que os he puesto es que les caen dos rayos en el cohete y se les disparan todas las alarmas pero ahí nadie se altera ni se pone nervioso ni nada parecido. ¡Eso sí que es tener horchata en las venas! ¡Les «parte un rayo» dos veces y ellos siguen adelante como si tal cosa! o_O

No obstante, justo antes de ponerse definitivamente en camino hacia la Luna, mientras orbitaban alrededor de la Tierra, revisaron todo lo revisable para comprobar que las cosas estuvieran en orden. Y digo todo lo revisable, porque había mecanismos que no se podían chequear, como por ejemplo el circuito responsable de la apertura de los paracaídas que tendrían que utilizar en el amerizaje, de vuelta a casa; en el control de Tierra, los ingenieros temieron que se hubiese podido estropear, pero decidieron no decirles nada a los tres astronautas, para no asustarlos inútilmente… (¡Qué horror!)

Bueno, por fortuna todo funcionó bien, incluso el alunizaje, ya que los problemas que tuvieron en el Apollo 11 durante el descenso a la superficie lunar ya habían sido resueltos, como podéis ver en este vídeo a partir del minuto 15:35 🙂

Mirando la lista de código original del Apollo 12 (y la corrección de 1202)
Fuente: CuriousMarc

Sin más incidencias durante el viaje, y ya sobre la superficie lunar,  Conrad y Bean llevaron a cabo dos EVAs (actividades extravehiculares). En la primera de ellas, al bajar la escalerilla para pisar la Luna, Conrad dijo en tono jocoso «¡Uau! Tal vez este fuera un pequeño paso para Neil (Armstrong), pero para mí es largo», ya que Armstrong era un poco más alto que él 😉

Bromas aparte, habían ido allí para trabajar durante un buen rato. En concreto, esta primera EVA duró 3 horas y 39 minutos para el comandante, y 2 horas y 58 minutos para el piloto del LM, durante las cuales, después de una primera toma de contacto con el entorno, se pusieron manos a la obra: colocaron sobre un trípode una cámara de TV en color -que se estropeó porque apuntó al sol accidentalmente-, recogieron muestras de rocas, y montaron el ALSEP (Apollo Lunar Surface Experiments Package), cuyos instrumentos, que enumero a continuación, habían sido diseñados para la realización de experimentos a largo plazo:

  • Sismógrafo pasivo
  • Sismógrafo activo
  • Magnetómetro de superficie
  • Espectrómetro de viento solar
  • Detector de iones supertérmicos
  • Medidor de la densidad de la atmósfera lunar
  • Medidor del flujo de calor bajo la superficie lunar
  • Detector de polvo lunar

Todos estos aparatos iban metidos en dos paquetes alojados en el módulo de descenso del LM; en total pesaban unos 81 Kg terrestres (que en la Luna son solo 13 aprox.), y eran complementados por otros tres elementos: un generador a base de plutonio que los astronautas debían insertar a mano en el ALSEP antes de ponerlo en marcha, un retrorreflector láser, y un dispositivo denominado SWCE que servía para determinar la composición del viento solar.

Los aparatos fueron transportados por los astronautas hasta el lugar en que debían montarlos, a una distancia prudencial del Intrepid, para que no se viesen afectados por el despegue. Una vez colocados, todos ellos funcionaron correctamente, excepto el Medidor de densidad de la atmósfera lunar, que se estropeó al cabo de 14 horas.

El montaje conllevaba trabajo, teniendo en cuenta, además, que se trataba de tareas de precisión… Por este motivo los astronautas pasaban meses entrenando para las misiones, y ensayando una y otra vez, con pelos y señales, todas y cada una de las actividades que debían realizar, desde desplegar y poner en marcha el ALSEP hasta fotografiar las muestras.

Izq.-dcha.: Conrad y Bean entrenando para el registro fotográfico de muestras.
Fuente: NASA

Después de esa primera EVA, los dos astronautas volvieron al Intrepid para guardar las muestras que habían recogido, recargar sus sistemas de soporte vital, comer, y dormir unas cinco horas, pues les quedaba la parte más dura de la misión: una segunda actividad extravehicular, mucho más ambiciosa que la anterior, que duraría 3 horas y 48 minutos. En esta ocasión, deberían recorrer a pie un total de 1.585 metros, llegando a alejarse del LM casi 400; algo absolutamente extraordinario para tratarse tan solo de la segunda estancia en la Luna de la historia…

Mapa del recorrido de la tripulación del Apollo 12 por la superficie lunar.
Están marcados las horas a las que pasaron por cada punto.
Fuente: NASA
Lugar de alunizaje del Apollo 12, fotografiado por el LRO en 2011. Se aprecia claramente el rastro dejado por los astronautas en su verdadero recorrido.
Fuente*: Wikipedia

Durante este largo paseo, Conrad y Bean fueron inspeccionando el terreno por el que pasaban, comunicándose con los geólogos que les escuchaban desde el control de Tierra, de manera que estos les podían aconsejar sobre qué rocas recoger. También se acercaron al Surveyor 3, que había llegado a la Luna dos años y medio antes, para fotografiarlo y retirar algunas de sus piezas -entre ellas, la cámara de TV- con la finalidad de llevarlas de vuelta a la Tierra, y que pudiesen ser estudiados los efectos de una estancia larga en la superficie de nuestro satélite.

Conrad examinando el Surveyor 3. Al fondo, el Intrepid.
Fuente: NASA

Al comentar esto último, no se puede dejar de explicar la historia de la bacteria que encontraron, ya en el laboratorio de la NASA, al analizar la cámara del Surveyor; concretamente, se trataba de un Streptococcus mitis, una bacteria anaerobia que vive en la boca de los seres humanos. En un principio, se sostuvo la teoría de que el microorganismo había viajado en la cámara (que no había sido esterilizada previamente) desde la Tierra, y sobrevivido durante dos años y medio en la Luna, pero los últimos informes al respecto concluían que lo más probable era que la máquina se hubiese contaminado accidentalmente cuando regresó a la Tierra o, incluso, durante el viaje de vuelta del Apollo 12.

Después de la «pequeña» aventura del paseo lunar, los dos astronautas regresaron al Intrepid, donde permanecieron seis horas más para deshacerse de sus trajes, comer algo, descansar un poco, y disponerlo todo para el regreso a la órbita lunar, donde se reunirían de nuevo con su compañero Gordon. Este último había permanecido solo en el CM durante las más de 31 horas que pasaron desde que Bean y Conrad se separaran de él, y empleó el tiempo en tomar imágenes multiespectrales de la superficie del satélite.

Tras el ensamblaje del LM con el CM, que fue televisado, los tres astronautas y el material recogido en la Luna se introdujeron en el Yankee Clipper para emprender la vuelta  a casa. Antes del regreso lanzaron la fase de ascenso del Intrepid contra la superficie lunar con la finalidad de causar un movimiento sísmico que sería analizado por el Sismógrafo activo, y que duró más de una hora.

Finalmente, el día 24 de Noviembre, a las 20:58 UTC, la tripulación amerizó sana y salva en el Océano Pacífico a bordo de esa pequeña cápsula que los había acogido durante todo el viaje, la única parte de la inmensísima nave con la que partieron cinco días antes. Por cierto, los paracaídas sí que funcionaron a pesar de los rayos 🙂

CM del Apollo 12 a punto de amerizar.
Fuente: NASA
El USS Hornet al rescate del CM del Apollo 12 en el Pacífico.
Fuente: NASA

Y hasta aquí la aventura del Apollo 12. Si esta os ha gustado, no os podéis perder la del Apollo 13, que es verdaderamente sobrecogedora 😉

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*Nota sobre las imágenes y otros archivos: En el momento de la publicación de este artículo, todas las imágenes que en él aparecen están calificadas por sus fuentes como de Dominio Público para usos no comerciales o políticos. A continuación se citan, por orden de aparición, los autores o fuentes originales para los casos señalados con un asterisco a pie de foto, en los que la fuente indicada no es la original sino el lugar donde encontré la imagen durante la búsqueda de información:

Insignia Apollo 12: By NASA – http://spaceflight.nasa.gov/gallery/images/apollo/apollo12/html/s69-52336.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=52337586

Tripulación del Apollo 12: By NASA – http://grin.hq.nasa.gov/ABSTRACTS/GPN-2000-001165.html, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=426742

Esquema del ALSEP: By Apollo_12_ALSEP.jpg: Original uploader was Andy120290 at en.wikipediaderivative work: McSush (talk) – Apollo_12_ALSEP.jpg, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7281635

Lugar de alunizaje del Apollo 12 fotografiado por el LRO: By National Aeronautics and Space Administration – NASA, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16367644